Capitulo 25. Hogares en Llamas

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Hogares en llamas.

 
Lucifer fingió sorpresa cuando vio a la bruja en la puerta del infierno en una pequeña maleta, desde el ventanal de su edificio vio como uno de sus demonios fue por ella para que pudiera llegar de una manera más rápido hacia él.

Cuando la tuvo enfrente pudo escuchar el doble latido que venía de su cuerpo, mierda, ya entendía mas o menos hacia donde iba la situación sin saber que la bruja ya tenia un plan ideado y ni siquiera se acercaba a la idea que tenia el rey.

-¿Ahora que paso?
-Vengo por tu ayuda.
-Siempre la tendrás.- Lucifer pone su atención a Lilith que se encuentra en la esquina de la habitación.- avísale a Amón que su amada esta aquí.

La chica asiente, camina en dirección a la bruja para darle un pequeño abrazo para después dirigirse al elevador para ir por el demonio que estará encantado de ver a su amada.

-Lo lograste.- sonríe el ángel caído.
Julia sonríe mientras pasa una de sus manos por el vientre.- Si la verdad creí que eso jamás sucedería.
-¿Cuál es tu plan?.- pregunta Lucifer mientras se sienta en unos de los grandes sofás que adornan el espacio.

Los colores que maneja toda la habitación son negro, blanco, gris, con un poco de dorado y plateado haciendo que todo se vea algo seria, elegante como la persona que tiene enfrente la bruja esa habitación grita todo el nombre del ángel.

-Utilizar a uno de tus demonios el día de la pelea.- dice cuando ya se encuentra sentada a su lado.
-Es una buena estrategia.
-Lo sé y por eso necesito tu ayuda.
-Tal ves Amón sea el adecuado para eso.
Julia frunció el ceño.- Estas loco si crees que dejaré que el sea la carnada.
-El se ofrecerá voluntariamente sabes como es cuando se trata de ti.
-Si es necesario encadenarlo o hacerle un hechizo lo haré.
-¿Harás lo mismo que hace veinte años?.- pregunto Lucifer mientras tenía una sonrisa ladeada.
-Si es necesario si, no dejaré que salga lastimado.
El rostro se de Lucifer se iluminó con una enorme sonrisa que no cabía en su rostro.- La bruja se enamoró del demonio, interesante.

Julia se quedó en silencio tras aquellas palabras, ella sabía de sus sentimientos ante el solo lo había admitido una ves en voz alta y fue a su primo pero se juró a sí misma que jamás lo volvería a decir y ahí está el Ángel caído diciendo esos sentimientos que juró que se quedarían reprimidos por un largo tiempo.

-Si.
-Lo sé.- suspiro.- esta bien tengo al demonio perfecto para esa tarea.

Amón apareció en la habitación cuando las puertas del elevador se abrieron este corrió en dirección a la bruja, la tomó en sus brazos en un largo abrazo que pudo haber durado todo el día pero ambos necesitaban oxígeno y sus brazos al largo plazo iban a doler.

-Pídeme lo que quieras.- dijo el demonio en su oído.
-Que no seas la carnada.

Beso su frente un par te veces para después soltar el abrazo y mirarla detenidamente sus ojos se posaron en el vientre y entendió todo, escucho un latido más en la habitación y supo de donde provenía.

-Acepto.- dijo el demonio con una sonrisa en el rostro.
 
Stiles y Derek fueron los últimos en volver a la mansión ya que se encontraban en los últimos detalles del edificio lo que les permitió pasar tiempo juntos, sin mentiras, sin planes, sin concejo queriendo cortar cabezas.

-¿Crees que sea una buena idea dejarle los últimos detalles a Elena?.- pregunta el lobo mientras ve a su pareja hacer la maleta.
-Claro es una gran amiga de Julia y no es la primera ves que lo hace.
-Quiero que tengamos una cita.

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