NARRADOR TERCERA PERSONA
—A estás horas ningún lugar está abierto Enzo —Colette se recargo en el asiento tratando de mantenerse despierta.
—Ya vamos a llegar —Enzo reviso la parte trasera del auto, recordó que traía una manta y acertó, tiró de ella y con la misma tapo a Colette.
Las calles estaban en absoluto silencio exceptuando el viento que se hacía presente y uno que otro sonido provocado por los gatos callejeros.
—¿Por qué me mentiste? —Colette aún sentía algo por Enzo y aunque ella lo negara y tratara de hundirlo, no iba hacer sencillo.
Enzo sonrió y siempre solía decir la verdad pero esta vez se le estaba complicando.
—Queria verte— Evito la mirada de Colette.
Colette dudo en que responder pero simplemente se dejó guiar con el corazón, tal vez el cansancio influía.
—Cuando quieras verme, solo llámame, no tienes que mentirme.
Colette temía la repuesta de Enzo pero el igual se sincero.
—Bueno, lo lamento pero no creo que sea tan fácil, más ahora que te casarás.
A Enzo le dolió lo último que dijo por qué aunque el negara su atracción hacia Colette, estaba ahí presente.
Colette soltó un suspiro pesado y se limito acabar la conversación.
—Llegamos.
Enzo bajo del auto y Colette hizo lo mismo.
—¿La costa? —Colette se desánimo por completo al ver que el lugar mágico era la costa.
Enzo soltó una risa —No seas tonta es la feria —Tomo la mano de Colette y la condujo hasta la entrada.
—¿No es ilegal entrar aquí? —A pesar de todo, Colette temía terminar en prisión.
—Solo si nos atrapan —Enzo le sonrió a Colette y con eso basto para que ella se arriesgará.
Enzo se adelantó y encendió las luces, poniendo a funcionar la mayoría de máquinas y entre ellas una radio que comenzó a tocar la canción Electric Love (Borns)
Colette aún temía pero se aventuró hacer algo que nunca pensó hacer.
—Enzo, esto está muy mal—Expreso un gesto de temor
Enzo salió de todo el lugar lleno de cables —Vamos a divertirnos.
Tomo la mano de Colette y la condujo hasta los carritos chocones y comenzaron a jugar, de ahí se pasaron al tiro el blanco, que por cierto hubo trampa ahí, Colette estuvo de acuerdo en dejarle una nota al hombre del lugar.
¡Hola!, Por favor no haga trampa en su juego, como sanción nos llevamos algunos premios.
Firma C. & E :)Pasaron a la montaña rusa que con ingenio de Enzo, hizo que se detuviera en la punta así permitiéndoles una vista única de la mayor parte de la ciudad.
—Gracias Enzo, es realmente brillante —Colette se recargo en Enzo para después depositar un beso en su mejilla.
Enzo observo el brillo que se reflejaba en los ojos de Colette y entonces la telaraña que estaba en su corazón se retiró por el bombeo que empezó.
—No hay de que, ¿Estamos bien? —Enzo le sonrió que de alguna manera que Colette sintió sincera, sin demostrar rebeldía o sarcasmo.
—Estamos Execelente —Colette se mantuvo en la misma posición y juntos disfrutaron de la vista por unos minutos más.
Estuvieron pasando de juego en juego durante un buen tiempo.
Hasta llegar al último juego el carrusel; en el que se subió Colette y Enzo comenzó a tomarle fotos donde simplemente se veía feliz. Colette se sintió viva y Enzo acompañado, ambos por primera vez, hasta que la noche quedó atrás y se iluminó tan solo un poco la calle.
—Es hora de irnos Colette, la feria será revisada —Enzo tomo la mano de Colette y juntos salieron del lugar para hacer una parada más antes de llegar a su destino.
—La comida está buenísima Enzo —Hablo con queso en la orilla de su boca lo cual provocó una risa de Enzo, le limpio la mancha.
—Siempre vengo aquí, aunque no sea muy higiénico está muy bueno —Le dió un mordisco a su hamburguesa.
—Vendre aquí siempre, claro sin que mi madre sepa —Le dió otro mordisco a su Hamburguesa.
Enzo detallo cada facción de Colette y sonrió de manera involuntaria al recordar el gran golpe que le proporciono en la carrera de autos, fue ahí en donde se dió cuenta que Colette no era una chica mimada e inocente al contrario era dulce y arriesgada y eso le parecía fascinante.
—¿Qué tanto me miras Enzo? Es incómodo estar comiendo y que tú me estés observando.
Colette comenzó a sentir otra vez las dichosas mariposas que con tanta dedicación tuvo que guardarlas, ella creía que tal vez Celine tenía razón y debía cuidarse de ellas.
—Nada, lo siento —Enzo miro la hora en su móvil y se dió cuenta que ya era tarde y eso le podría traer problemas a Colette. —Ya es hora de irnos.
—Bueno — Colette no alego nada por qué se percató que el sol ya estaba presente y eso indicaba que ya no era tan temprano como para entrar a su casa por la puerta sin ser vista.
Salieron del lugar y entre ligeros coqueteos llegaron a casa de Colette.
—Gracias Enzo —Colette bajo del auto y sin temor alguno regreso para depositar un beso en la mejilla de Enzo —De verdad que fue una mañana excelente, valió la pena no dormir
Colette salió del auto y Enzo debatía si hacerlo o no hacerlo, decidió hacerlo, corrió hasta Colette y la beso en los labios.
—Me importa un carajo si te vas a casar o no, quiero que estés conmigo sin importar las consecuencias.
En ese momento la puerta de la casa se abrió.
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Distintas pero iguales
Teen Fiction3 hermanas que son totalmente distintas, lo único que las une es la sangre ya que el físico también varia mucho. La mayor es la más extrovertida, sin importar si las cosas suenan duras las dice, todos la aclaman pero ninguno la obtiene, soltera codi...