Más problemas

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Narrador Colette

—Si te ví —Hablo pícara Celine —Desde que saliste, estoy feliz que empieces a divertirte aunque no hueles a sexo, eso es triste pero con el tiempo evolucionaras.

—No te diviertas demás —Entro Camile a mi habitación —Aunque me da gusto que te hayas arreglado con Enzo, es un buen chico.

—Ya ya ya, solo fue una salida no hay nada —Recorde el beso y una sonrisa involuntaria se dibujo en mi rostro.

—¿Qué harás con Peter? —Camile acomodó un cojín que estaba desacomodado—No quiero que andes jugando con todos.

—Ash, que aburrida eres Camile —Celine la encaro —¿Qué pasa si Colette se aburre de alguno? Que aprendan a compartir —Esta vez me miró a mi —Comienza a ponerles horarios.

Camile nego con la cabeza.

—Peter... —Solté un suspiro y decidí contarles a mis hermanas acerca de lo que había hablado con Peter.

—¿Qué? Y ¿Cuándo se lo dirá a sus padres? —Camile nego con la cabeza, mientras veía de reojo que mamá no viniera.

—No lo sé, me da miedo mamá pero lo importante aquí es que yo estoy libre y puedo salir con quién quiera —Sonrei y enseguida Celine arrugó las cejas.

—No es así, estás con Peter —Mamá entro a la habitación—Ya lo querrás a su tiempo.

—Madre, no crees ¿qué es el turno de Colette de elegir a su chico ideal? —Camile trato de apoyarme.

—¿Cómo tú lo hiciste? —Mi madre se había molestado y estoy segura que hablo sin pensar.

Camile con lágrimas en los ojos se levantó y salió.

Celine miro mal a mamá

—Ni me veas así Celine por qué tú estás igual o ya olvidaste cuando tenías a tu crush.

Celine sonrió de manera automática —Nunca tuve un crush Hernestine por qué lo que me propongo lo consigo.

—Da igual —Hizo un gesto con las manos tratando de restarle importancia — Lo importante aquí es que Peter está abajo, vino está mañana a prepararte el desayuno.

>>De seguro lo obligaron, pobre, el sufría lo mismo que yo o hasta peor por que él ya tenía novia<<

Baje con mamá y ahí estaba el sentado con una sonrisa que sin importar que tan fingida fuera, cualquiera creiría que es real.

—¡Hola, buenos días Colette! —Se levantó para saludarme de beso.

Me gire a buscar a mi mamá con la vista y ahí estaba mostrando una sonrisa ancha.

—Hola, no de viste —Hice referencia al desayuno.

Cuando mi mamá se fue y nos quedamos solos, la hable con confianza.

—¿Quién te obligó? —me acerque a el.

—Tu madre, dijo que este sería un gesto que seguro te enamoraría y pues mi madre me mandó —Rasco de su cabeza —Ellos van muy enserio, hay que hablar con ellos ya.

Distintas pero igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora