Capítulo 5

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Valentina podía sentir su corazón latiendo con tanta fuerza que incluso podría escucharlo en su garganta, bombeando y bombeando una y otra vez. Y no tenía ni idea si era por la adrenalina del momento, si era por estar sintiendo el viento golpear su cara con mucha fuerza o si en realidad la razón era que sus brazos estaban rodeando la cintura de Juliana y su rostro estaba sobre su hombro. El perfume que desprendía su camiseta era embriagador y no pudo resistir la tentación de deslizar un poco su nariz por la tela para aspirar ese magnífico olor y grabarlo para siempre en su memoria. Era una mezcla de canela y una fragancia agridulce. No podía describirlo, solo sabía que podía acostumbrarse a él para siempre.

Notó como Juliana cruzaba una intersección sin detenerse y la adrenalina la golpeó con más fuerza cuando pasó entre dos autos con maestría. El casco aplastaba gran parte de su larga cabellera, pero algunos mechones aún se escapaban y Valentina los sintió de pronto en su nariz haciéndole cosquillas. Su cabello olía a acondicionador y la sensación la hizo sonreír.

- ¿Todo bien allí detrás?- Gritó Juliana sobre el ruido del motor y el viento.

¿Qué si todo bien? No tenía palabras para describir lo que era estar allí, abrazando ese cuerpo que se sentía suave y caliente junto al suyo. Los autos y la ciudad pasando a su lado como suaves retazos de tela que quedan en el olvido. La sensación de ir tan rápido que nadie podría alcanzarlas nunca.

La sensación de libertad.

- ¡Estoy perfectamente!- Le contestó y notó que Juliana aumentaba la velocidad. Se aferró aún más a la cintura de la morena por inercia, y agradeció que no la estuviera mirando porque podía sentir sus mejillas arder. A través de la tela podía notar la dureza de su abdomen y la calidez de su piel- ¿A dónde iremos?- Gritó luego intentando calmar las pulsaciones de su corazón.

- ¿Confías en mí?- Ella solo asintió sobre su hombro y dejó que Juliana condujera mientras ella seguía disfrutando de las sensaciones.

Pronto llegaron a una calle en la que Valentina nunca había estado. De hecho era una calle que ella nunca se habría atrevido a atravesar. Al menos no sola. Juliana se quitó el casco sacudiendo su preciosa melena. Era casi como si supiera el efecto que causaba en Valentina. Quizás lo sabía. Ese pensamiento hizo que la rubia se pusiera nerviosa.

- ¿Vives aquí?- Preguntó apartando la vista para fijar sus ojos azules en un edificio de dudosa reputación. A lo lejos, podía escuchar música, como si estuvieran dando una gran fiesta muy cerca.

- No- Sonrió elevando la comisura de sus labios mirando luego también el edificio- De hecho dudo que alguien viva aquí- Señaló- Quizás solo las ratas y los vagabundos- Bien. Juliana Valdez la había traído a un edificio en donde vivían ratas y vagabundos. ¿Eso que significaba? Quizás estaba metida en cosas turbias o en drogas... quizás vino a comprar un poco para uso personal. Oh cielos. Podía creer perfectamente que alguien con su actitud rebelde y enfadada con el mundo tomara drogas.

- Juliana, debes saber que yo respeto lo que haga cada quien en estos asuntos, pero no suelo tomar drogas y...- Escuchó como reía de repente mirándola muy fijamente. Oh, mierda. Esa mirada podría derretir a los mismísimos glaciales, de eso estaba segura. Y si se combinaba con esa sonrisa era una combinación letal.

- ¿Crees que voy a darte drogas?- Preguntó aún divertida.

- Bueno, este lugar...- Se encogió de hombros- ¿No vas a ofrecerme drogas?- La morena seguía mirándola divertida, como si estuviera fascinada. Pero Valentina estaba segura de que solo eran imaginaciones suyas porque ella era tan interesante como un documental sobre jabones. Nadie podría fascinarse con ella.

Younger Dreams I Adaptación Juliantina I TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora