El agua estaba lo suficientemente caliente como para que su cuerpo entrara en un estado perfecto de relajación dentro de la bañera. Se había preparado también una copa de vino y sus ojos estaban cerrados, pero aunque intentara mantener su mente en blanco, le era casi imposible. Sentía su cuerpo hirviendo y no era precisamente por el agua.
En su cabeza se repetía lo acontecido la noche anterior junto a Juliana. Primero ese momento dentro del ascensor en donde había deseado poder besar su cuello, en donde sus ojos la habían mirado con deseo y en donde ella había sido presa de sensaciones corporales que eran sobre acogedoras y que estaban de nuevo presentes. Porque Lucía tenía razón, ella no era de las que se conformaba con sexo esporádico cada tres meses y probablemente si Juliana no hubiera entrado en su vida otra vez, ella no habría tenido ningún problema en dejar que las cosas fluyeran con Rebecca. Porque era divertida, porque era preciosa y porque besaba muy bien.
Sin embargo su cuerpo parecía solo querer reaccionar cuando Juliana la miraba, cuando Juliana la tocaba y cuando Juliana estaba cerca.
Y era desesperadamente frustrante.
Cerró los ojos con fuerza recordando el roce de sus labios. Habría sido muy fácil dejarse envolver por esos labios que siempre habían sido su salvavidas, su seguridad y su refugio. Esos labios que la hacían olvidar todo a su alrededor, que la llevaban a otros universos mientras el cuerpo de Juliana se pegaba al suyo y sus manos acariciaban la parte de atrás de su cuello.
Pero algo en su interior había gritado presa de la desesperación, porque aunque se muriera por dejarse llevar y por entregarse de nuevo a ella, la sombra de la decepción y la traición seguía latente. Y todo era tan confuso que Valentina había sentido que la única opción era escapar.
El regreso a casa había sido tenso, pero Juliana no había hecho ningún comentario ni había insistido en retomar la conversación de la terraza. Se habían mirado unos segundos antes de que Valentina bajara del auto y todo había quedado allí. Quizás, en el fondo le habría gustado que la morena le dijese algo, lo que sea, pero ella misma había cortado el tema, así que supuso que no podía exigir mucho más.
Su mano se deslizó por sus pechos, en un intento de calmar las necesidades de su cuerpo, y maldita sea, no podía dejar de pensar en esa intensa mirada con sus ojos fijos en ella, en su aroma y en su voz ronca. Los recuerdos de la noche anterior se mezclaron con recuerdos de años atrás.
Las manos de Juliana recorriendo su cuerpo, su boca haciéndola vibrar.
Juliana Valdez había sido la única mujer que le había hecho sentir un placer absoluto y pleno. Si, había estado con otras chicas luego porque había tenido otras parejas y obviamente se había acostado con ellas. Y aunque lo había disfrutado mucho, nunca se había sentido igual, siempre había sido efímero y pasajero.
Deslizó la mano por su vientre sintiendo que su cuerpo se sacudía, pidiéndole que continuara, pidiéndole una liberación que hacía un tiempo no tenía. Ella siempre había sido alguien muy consciente de su sexualidad y que la disfrutaba, desde muy joven había comenzado a conocer su cuerpo y a saber qué era lo que necesitaba, y en ese momento necesitaba muchas cosas y maldecía que esas cosas tuvieran que ver con Juliana.
Descendió un poco más llevando sus dedos hacia el lugar en el que los necesitaba, sosteniendo con su otra mano y con fuerza el borde de la bañera. Una de sus piernas acabo también sobre el borde y arqueó el cuerpo cuando sus dedos tocaron su botón de placer y un estremecimiento recorrió su vientre extendiéndose hasta sus extremidades.
No pudo controlar los gemidos que salieron de su garganta, mientras los recuerdos de la noche anterior y del pasado se mezclaban teniendo como una protagonista a una sexy morena de ojos café. Anhelaba la forma en la que Juliana la tocaba, anhelaba la forma en la que Juliana la besaba y anhelaba el deseo que despertaba en su cuerpo con solo una mirada.
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Younger Dreams I Adaptación Juliantina I Terminada
Romance¿Que pasa cuando tu primer amor adolescente regresa a tu vida de la forma más inesperada? Valentina Carvajal nunca se imaginó que luego de tantos años, su primer amor regresaría en un punto en el que su vida sufriría un drástico cambio. Juliana Val...