Capítulo 23

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Todo había sucedido un poco en cámara lenta, y Juliana aun podía sentir esa sensación de caída en la boca del estómago. La misma que sientes cuando estas en un sitio alto y miras hacia abajo. Ese vértigo que te hace estremecerte.

Levantó la vista cuando el oficial se detuvo frente a la puerta de la celda en la que estaban la mayoría de las chicas que habían estado en el lugar esa fatídica noche. La policía había llegado enseguida apresando a Lucho y Juliana apenas había sido consciente de lo que ocurría, porque su amiga estaba tendida en el suelo con sangre emanando de su brazo.

La bala había herido a Mayela y Juliana había dejado de pensar en cualquier otra cosa. Se había quitado la camisa quedándose solo en una camiseta de tirantes y la había amarrado sobre la herida para hacer presión. La sangre manchaba sus pantalones y sus manos.

Valentina había llegado a su lado junto a Eva y cuando sus ojos se cruzaron con los de la rubia, Juliana se dio cuenta de que si esa bala le hubiese tocado un solo pelo, ella no se lo hubiese perdonado nunca. Si algo le pasaba a Valentina gracias a ella, no podría vivir con la culpabilidad que corroería su alma. Se concentró de nuevo en Mayela tranquilizándola. Si algo le pasaba a su amiga por su culpa, tampoco iba a perdonárselo.

- Mierda, Mierda - Escuchaba a Eva sollozar.

La ambulancia llegó enseguida igual que la policía, y el sonido de las sirenas hizo que cerrara los ojos aturdida. Su cabeza trabajaba a mil por hora y apenas había podido ralentizar su pulso.

- Juliana Valdez - Dijo el oficial - Han pagado tu fianza - La morena tragó hondo.

Por supuesto que había tenido que llamar a su abuelo. No habían presentado cargos más allá de la participación de las carreras ilegales. Pero estaba segura de que no estaría nada contento. Aunque sinceramente, eso era lo que menos le importaba en esos momentos.

Por suerte Valentina y Eva habían podido escapar de todo aquello. Suponía que habría sido un mayor problema ya que la rubia era menor de edad.

Siguió al oficial hasta la sala en donde le regresaron su celular y su chamarra y vio al Chino esperándola con una expresión ilegible. Sus ojos azules la miraron y entonces pudo captar en ellos la dureza de siempre. Pero en ese momento no dijo nada, solo se encaminaron a la salida mientras Juliana intentaba llamar a Miguel para preguntar por el estado de Mayela.

Había preguntado al oficial cuando le regresarían a Tammy y el hombre le dijo que tendría que pagar para ello también. Juliana había rechinado los dientes, regresaría al día siguiente con el dinero.

- Te devolveré cada centavo - Le dijo al Chino una vez que subieron al auto.

El hombre encendió un Mercedes en silencio y luego la miró.

- El dinero que vas a devolverme es de todas formas mi dinero - Respondió con voz dura y luego soltó una risa irónica - Sabía que este momento llegaría pronto. El momento en el que tendría que venir a sacarte de la cárcel como la vergüenza que eres - Puso el auto en marcha y Juliana simplemente giró la vista mirando por la ventanilla - Te advertí que no toleraría que avergonzaras nuestro apellido...

- ¡¿Eso es todo lo que te interesa?! - Explotó. Tenía las emociones aun a flor de piel - ¿Ni siquiera vas a preguntar qué fue lo que pasó? ¿O si estoy bien?

- Te aseguro que estoy perfectamente enterado de que fue lo que pasó. Tuve que mover un montón de contactos para que borraran cualquier antecedente. No puedo permitir que un Valdez tenga su nombre dentro de los libros de la justicia - La miró con deprecio - Incluso si esa Valdez eres tú - Terminó por decir - Cuando me dijiste que querías estudiar medicina, de verdad creí que podías hacer algo por ti misma. Pero sigues demostrando que no eres más que una estúpida malagradecida.

Younger Dreams I Adaptación Juliantina I TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora