▪︎ Demasiado tarde?... ▪︎

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Capítulo 16:

Cada movimiento, cada palabra, siempre fue calculado. Nada podría salir mal...no debía salir mal. Pero, como una vez alguien dijo 'es imposible tener cada detalle planeado...predecir el futuro y controlarlo todo'. Tal vez ese fue mi error -uno que nunca admitire- pensar que sí, creer que en mi esa lógica no se aplicaba. Aunque no nos adelantemos, que ir muy a futuro no es bueno sino conoces todo el pasado y vivís cada minuto del presente.

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Últimamente te notaba más cansada, tal vez aún rondando la conversación que tuviste con tu familia dos días atrás. Tus ojeras crecían debido a tu falta de sueño,  tu cansancio afectaba tu rutina diaria, hacias las cosas más lento y te pasabas horas en la cama mirando el techo. No salías de casa para nada, aunque eso cambie en unos días al necesitar hacer las compras básicas. Tu cabello siempre en un rodete desordenado y no te quitaba el pijama. Hace dos días que falta al trabajo, -me olvidé de mencionarlo, hace aproximadamente tres meses que empezó a trabajar como camarera en la Havana que esta cerca del departamento-.

Y me molesta.

Me molesta que ellos te afecten tanto, que por su culpa estés así. No deberías, son insignificantes, personas desechables en tu vida.

Hago una mueca con los labios y junto mis cejas, cruzada de brazos miro por la ventana.

Pero, eso debe cambiar. Debes sonreír y dormir lo que corresponda. Recuperar aquellos destellos de inocencia de tus ojos y la vitalidad que predominaba en tu persona. Ya no más esta patética faceta tuya. Me gusta, estás frágil, devil...manipulable. pero, lo estás por otros, no por mi.

Tal vez...

Sonrio. Creo que algunas cosas deberían adelantarse. De reojo veo que te levantas de la cama y con pasos pesados te dirijes al baño. No me miras.

Hora de actuar.

Con total silencio salgo de la habitación sin molestarme en avisarte. Ya vere luego si te doy explicaciones o otra escusa de esas que tanto te gusta creerte. Esas mentiras piadosas que inventó con cariño para vos.

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Él sonríe con cinismo, la maldad reflejada en sus ojos, su pupila se dilata, sus ojos negros observándome con diversión. Sonrio junto a él. Se ve que le gusto mi propuesta y, -que al igual que los míos-, sus planes están saliendo a la perfección.

Debe ser lo único que jamás podría predecir. Trabajar con un hombre tan despreciable...sus dientes amarillos y torcidos hace que su sonrisa no solo fuera tenebrosa para algunos sino repugnante, sus cejas son gruesas y se juntan en todo momento. La contextura de su cuerpo es endomorfa, me pasa por tres cabezas, lleva una remera blanca por fuera del jeans y las cantidades de comida poco -por no decir nada- saludables que ingiere a cada rato, malos hábitos de alimentación y la falta de ejercicio se notan. Su nariz es grande y puntiaguda, su pera partida y una marca que cruza llamativa y desfavorableblemente su lado izquierdo, en su frente y hasta el borde se su oreja con algo de relieve es apenas tapada por un mechón de cabello azabache que cae hacia adelante.

-Veo que al fin nos entendemos. - Su voz es ronca, grave, muestra superioridad, una voz que le encanta dar órdenes a gritos. -

- No. - Sueno calmada -Lo estoy- cierro los ojos y mi cabeza levemente inclinada hacia el suelo. - Nunca nos entenderemos. - Al decir eso levantó la cabeza, abro los ojos, mis brazo cruzados. Lo miro directamente a los ojos, en ningún momento pestañeo. - Pero, por esta vez juntos sacaremos más ventaja. - Nuestras sonrisas crecen y la oscuridad no sólo ahora es dueña de la habitación. -

▪︎Por Siempre Juntas ▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora