▪︎ Solo cuando este perdida... ▪︎

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Capítulo 17:

Aledis:

Tal vez esto fue lo mejor, ¿no? No, tal vez no, es lo mejor. No puedo estar con una familia que no me entiende, que me cree loca. Si...es lo mejor.

Vos siempre estuviste para mi, nada ni nadie logro separarnos, vos de verdad me querés. Amor...eso fue todo lo que me entregaste...fue todo lo que necesite. Pero...pero ¿y si algún día te alejas? No quiero. Aunque sino lo hiciste ni aunque el mundo parecía estar en nuestra contra no lo vas a hacer ahora. Lo se, porque creo ciegamente en vos, y en que la vida nos grita para que luchemos por estar juntas...hermanas por la eternidad.

Lo recuerdo bien, como si hubiese pasado tan solo hace unas cuantas horas. Nuestro juramento. Era de noche cuando lo hicimos, estábamos junto a mi hermana en la habitación que en ese entonces compartíamos, tenía diez años, ella catorce y vos quince. Estaba lloviendo, como odie eso, los truenos, los relámpagos, el viento que movía los árboles con tanta violencia que golpeaban contra las ventanas, el miedo reflejado en mis silenciosas lágrimas. Las tres sentadas y abrazadas en una misma cama, ustedes tratando de reconfortarme. Yo en el medio. En un susurro dijiste que nada me pasaría, que siempre estarías para protegerme, lo juramos como los niños suelen hacerlo, algo infantil, pero como si eso fuera lo que sentenciaria nuestro futuro un trueno volvió a escucharse más fuerte y potente que los otros en el momento que unimos nuestras manos.

Ella lo rompió, dijo que éramos niñas, una promesa hecha en el momento... insignificante. Como me dolió escucharla decir que para ella ya no significaba nada...dolió mucho. Entonces tomamos sendas diferentes, yo caminando de tu mano, persigiendote, aferrándo y depositando mi vida y esperanzas en vos, y mi hermana, olvidándonos junto a todo lo que vivimos juntas, dándonos la espalda.

Llevo una mano a mi rostro y seco aquellas lágrimas que trataban de llevarse con ellas mi dolor, tambien paso las manos por mis ojos tratando de despejar mi vista y hecha un ovillo en la cama los cierro.

Te fuiste, ¿ A donde? Se que si te pregunto cuando vuelvas no me responderas, pero también se que no harías nada para hacerme sufrir. De seguro solo querías tomar un poco de aire fresco, estar encerrada no es bueno, y cada vez lo soportas menos.

La melodía que indicaba que alguien me está llamando empezó a inundar la silenciosa y oscura habitación. No quería contestar, pero iba a seguir y...algo me decía que atienda. Abri los ojos con lentitud y de igual manera estire un brazo tomando el aparato entre mis delgados y calidos dedos, atendí. Espere unos segundos hasta que el que estaba al otro lado de la línea empezó a hablar.

-Hola...- fue lo primero que escuché antes de que el silencio vuelva a reinar, solo se escuchan nuestras respiraciones. Tengo miedo, quiero que regreses, por favor. -

Y con esa última súplica apreté fuertemente el celular y cerré los ojos queriendo que estés a mi lado, deseando que me acaricias el cabello y me cantes una canción.

Te necesito.

▪︎Por Siempre Juntas ▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora