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𝐁𝐈𝐆 𝐆𝐈𝐑𝐋𝐒 𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐂𝐑𝐘

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Maxine se había pasado el día en la Torre de Ravenclaw luego de haber finalizado sus clases del día. Su objetivo estaba tan claro como el agua y con lo testaruda que era la heredera, no pararía hasta alcanzarlo.

La princesa se encontró fascinada ante la calidez de la Sala Común. Ésta tenía una peculiar forma circular con una alfombra azul medianoche, ventanas de arco adornado con suave seda azul y bronce, y un techo abovedado pintado con estrellas. Los alumnos de Ravenclaw caminaban alrededor de la rubia con expresiones molestas pero nadie se atrevió a echar a la transferida. Quizás era por miedo, o tal vez era su curiosidad.

En fin, Maxine se sentó en un cómodo sillón individual celeste a la cabecera de la sala mientras esperaba con aura impaciente por la llegada de su supuesta prima.

Electra, en cambio, se había ocupado de meter sus narices dentro de los libros que tanto amaba leer. Bueno, en realidad, gran parte de ese pasatiempo era para evitar conversaciones que prefería ahorrarse.
Desde la llegada de Demetria Gaenor y su nueva Casa Bringstone, todo el mundo quería acercársele para indagar sobre el tema. Su propio grupo de amigas la había sometido a un interrogatorio del que Electra tuvo que fingir una enfermedad para librarse de él. La única que parecía no importarle mucho sobre el tema era Myrtle Warren. Electra y Myrtle eran después de todo mejores amigas, incluso se las podía calificar casi como hermanas de lo parecidas que eran. Bueno, al menos en personalidad. Físicamente, Myrtle era muy alta para sus catorce años. Su cabello llovía largo y negro como la tinta, con un fleco prolijo que recaía al ras de sus ojos diminutos. Lo único que parecía resaltarlos eran sus gafas grandes y circulares. En cambio, Electra era tan diminuta como Maxine. Su mirada eran una mezcla azulada y miel, como el escudo de Ravenclaw. La melena rojiza la llevaba corta y enrulada destacando de su rostro el camino de diminutas pecas y manchas de sol.

Ese día Olive Hornby, una estudiante Ravenclaw de sexto año, había fastidiado a la pequeña Warren burlándose de sus gafas. En realidad, Olive tenía otro motivo subyacente para torturar a Myrtle y era que su madre muggle había abandonado a su padre a los pocos meses de su concepción para casarse con el padre multimillonario de Myrtle Warren. Fue por eso que Olive había crecido sin amor materno y definitivamente con un rencor y odio hacia su progenitora  y todo lo que la concerniese. En este caso, Myrtle, producto de su posterior matrimonio. Desesperada por llamar la atención de su madre, Olive Hornby se dedicaba a hacerle la vida imposible a su media hermana. Parentesco que, por cierto, solo lo sabía Olive.

𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐇𝐈𝐆𝐇𝐍𝐄𝐒𝐒 | Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora