Frente al famoso Hospital de Guangming había una floristería que vendía ramos y obenques. El vendedor vendía flores durante el día para obtener dinero de las personas vivas, un hombre fue muerto de miedo por un fantasma feroz y siguió al vendedor de...
El conductor pensó que estaba bromeando, se rió torpemente y tocó una canción de amor al azar.
"Dulce cariño, sonríes dulcemente ..."
Zhou Nan pensó en sus 20 años de soltero. Se sintió más agraviado y gritó en voz alta.
Así que todo el camino Chen Ming escuchó el llanto de Zhou Nan. Si no hubiera un extraño a su lado, realmente le gustaría llevarse a ese desgraciado con un hechizo.
Antes de salir del coche, el conductor se volvió para preguntarle a Chen Ming: "Ciento diecinueve yuanes, ¿cómo le gustaría pagar? "
Cuando Zhou Nan vio la sonrisa exagerada en el rostro tranquilo de Chen Ming, estaba demasiado asustado para llorar.
Mientras Chen Ming buscaba a tientas en la bolsa, dijo con una mirada aduladora: "Oh, hermano, acabas de recibir un nuevo miembro de la familia, ¿verdad? Mira, tengo algunos hechizos aquí que te mantendrán a salvo y auspicioso. Tú también podrías perdona los diecinueve." Sacó un pequeño paquete rojo con una cuerda verde atada a él.
El rostro del conductor decayó, "No hay trato. No creo en esas supersticiones".
Chen Ming se acercó y la sonrisa se volvió siniestra: "Si no acepta mi amable consejo, le ocurrirán problemas. No se queje de que no le recordé nada si se encuentra con algo sucio. Déjeme decirle , el precio por esto es al menos sesenta y seis ".
Es demasiado espantoso escuchar esto de noche. El conductor abrió la puerta con agitación, sacó a Chen Ming y gritó: "¿De qué cosas siniestras estás hablando? Si no pagas, llamaré a la policía".
"Ay, no." Todavía había un cuerpo en el auto. Si llegaba la policía, estaría en problemas, "Yo pagaré, ¿de acuerdo?"
Chen Ming sacó algunos billetes de su pequeña billetera y pagó la tarifa. Arrastró el cuerpo de Zhou Nan y lo tiró al suelo, suspiró profundamente y murmuró: "No me culpes por no recordarte ..."
Zhou Nan miró a su alrededor con cautela y no vio a nadie. Él susurró: "¿Cómo supiste que tenían un bebé? ¿Sabes adivinación?"
"No soy tan bueno", dio unas palmaditas en la tierra de este abrigo que estaba manchado cuando lo sacaron del auto. "Hay una pequeña foto de su hijo frente al asiento del conductor".
Solo entonces Zhou Nan entendió todo esto. Si Chen Ming no dijera nada, ni siquiera lo notaría. Lo pensó y preguntó: "¿Le mentiste sobre la cosa sucia?"
Chen Ming lo miró y Zhou Nan supo de inmediato que había vuelto a decir algo mal.
"Lo diré por última vez", enfatizó solemnemente Chen Ming, "no soy un fraude. ¡No haré nada de lo que hizo Landao!"
"Lo siento, lo siento ..." Zhou Nan se disculpó pero todavía tenía curiosidad, "¿Qué es esa cosa sucia?"
Chen Ming tiró del brazo de Zhou Nan y arrastró el cuerpo a la puerta trasera de la floristería, "Hay un absceso negro en su cuello".
"¿No debería ver a un médico entonces? Tal vez sea una inflamación".
Chen Ming puso los ojos en blanco y dijo con desdén: "Lo crea o no".
Zhou Nan dejó de preguntar y se quedó en silencio.
Chen Ming sacó la llave de la puerta y la insertó en el orificio de la cerradura, luego la giró y la abrió. Zhou Nan lo siguió y voló a la habitación. Descubrió que había patrones complicados en la pared y el piso, lo que le dio una sensación de asfixia. Luego se detuvo: "Hiciste que la tienda se viera así, ¿no te regañó tu jefe?"
"Oh, discúlpeme", Chen Ming sacó una caja grande de la parte inferior de la cama y metió el cuerpo de Zhou Nan, "No hay ningún empleado en esta floristería. Soy el jefe tacaño".
Yo soy el jefe tacaño.
Esta frase hizo eco en la mente de Zhou Nan durante mucho tiempo.
'¡Mierda! He dicho que es tacaño tantas veces que debe odiarme hasta la médula.
"¡Lo siento, lo siento!" Esto fue lo que más dijo Zhou Nan hoy: "¡Yo ... no quise decir eso!"
"Cállate." Era difícil saber si Chen Ming estaba enojado o no, ya que siempre había estado hosco.
Zhou Nan fue obediente. Su rostro se sonrojó y no dijo nada.
Chen Ming dejó el cadáver sobre su espalda y con cuidado dejó que el cuerpo yaciera plano en la caja, con las manos a ambos lados.
Zhou Nan se sintió muy incómodo mirando su cuerpo sin vida.
Chen Ming se levantó, tiró la mochila al azar y se agachó junto a la mesita de noche buscando algo. De vez en cuando tiraba cosas extrañas. Después de un tiempo, encontró lo que buscaba. Tomó un pequeño plato de pasta oscura en una mano y regresó al cuerpo. Algo más estaba en la otra mano.
Zhou Nan inclinó la cabeza para observarlo cuidadosamente y notó que era una cuenta con una luz verde brillante que iluminaba un área pequeña a su alrededor. No interrumpió y miró en silencio.
Chen Ming pellizcó las mejillas del cadáver para que abriera la boca. Luego levantó la mano y metió la cuenta. La cuenta parecía grande, pero cuando la boca estaba cerrada, apenas se notaba que había algo dentro.
Estaba tan en forma como si estuviera hecho especialmente para este propósito.
Luego, Chen Ming se inclinó y desabotonó la camisa de Zhou Nan.
Al ver su propio cuerpo desnudo en el aire, Zhou Nan estaba un poco agitado. Flotó en silencio, observando la expresión de Chen Ming. Todavía era un rostro frío, como si el cuerpo frío bajo sus manos fuera solo una escultura de plástico.
Chen Ming se arremangó, se sumergió en la pasta y reflexionó por un momento antes de tocar la garganta de Zhou Nan. Dibujó un patrón similar a un personaje lentamente y susurró algo. Al final del dibujo en la parte inferior del abdomen, acababa de terminar la última palabra.
Antes de que Chen Ming comenzara a dibujar, Zhou Nan recordó al feroz fantasma rodeado de llamas, pensando que se iba a quemar en el acto.
Pero nada pasó.
Chen Ming se puso de pie. Sus piernas estaban entumecidas y se tambaleó.
Zhou Nan no pudo evitar preguntar: "¿Para qué es esto?"
"Antiséptico", Chen Ming pellizcó los músculos para activar la sangre, y el hormigueo fue muy molesto, "No me gusta el olor de la carne podrida aquí, y también atrae a las moscas".
"Pero ... ya estoy muerto. No tiene sentido."
"No necesariamente." Parecía demasiado serio para bromear: "Tengo que preguntarle a alguien sobre la situación específica, vendrá mañana por la noche. Si conservas tu cuerpo, incluso podría dejar que tu cadáver cobre vida".
Zhou Nan nunca pensó que la frase "el cadáver cobra vida" podría usarse para describir algo tan maravilloso.
En otras palabras, resurrección.
Inexplicablemente, estaba bastante emocionado con esto. Quería animar y gritar.
Pero Chen Ming no le dio la oportunidad.
Cerró la tapa y pateó la caja grande hacia atrás, "Me voy a dormir ahora. Si me despiertas, estarás muerto".
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