Capítulo 1:

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Senjuro sentía el frio calar a través de sus ropas, sus pies se hundían en la espesa nieve y la tenue brisa con copos de nieve mojaba su keikogi, su cabello largo amarrado en una cola alta estaba parcialmente húmedo y su calor escapaba en cada respiración, pero no podía hacer mucho al respecto, se avecinaba una ventisca y debía cerciorarse que todos los saquitos con glicinas estuvieran bien sujetos alrededor de su casa, los demonios amaban los malos tiempos para atacar y la sangre de omegas eran su deleite y mucho más de un omega tan especial como lo era Senjuro.

Rokuta estaba profundamente dormido acurrucado en su moisés en su manta favorita en el pórtico de su casa, lo más cerca del omega para poder vigilarlo, pero en un lugar cálido donde el calor del fuego podía abrigarlo.

Rokuta, no podía ser más evidente, pero no pudo evitar poner el nombre del hermano pequeño fallecido del alfa, era una especie de respeto hacia Tanjiro, por lo menos quería darle eso, aunque jamás lo supiera.

Senjuro terminaba de colgar un saquito mientras su cuerpo se estiraba para llegar a lo alto de una rama cuando diviso con el rabillo del ojo una cabellera rubia, caminando hacia la casa.

¡Kyojuro! ¡Debía ser su hermano! Aunque era demasiado pronto, hace apenas unos días su hermano lo había visitado, para entregarle sus suministros del mes y ver como se encontraba el omega y su sobrino.

Su corazón trono desbocado cuando pudo divisar bien de quien se trataba, miro hacia su cachorro antes de ver de nuevo al alfa rubio.

El pilar del rayo, Zenitsu, uno de los mejores amigos de Tanjiro ¿Qué hacia el ahí? Nunca habían sido tan cercanos, ¿Lo estaba buscando? ¿Por qué?

Su enfrentamiento no se vio retrasado, en cuanto el otro rubio lo diviso camino más deprisa para llegar al omega, como su tuviera miedo de que se desvaneciera de nuevo.

— Senjuro — saludo el pilar con su mano en su katana.

— Zenitsu — respondió Senjuro, sin ganas de que se enterara de su cachorro, que aun dormía, aunque quizás el destino jugaría en su contra, como siempre.

Un pesado e incómodo silencio se cernió entre ellos, ninguno de dos sabía que decirse, Senjuro ni siquiera estaba seguro del porque el pilar estaba en su casa.

— Todos estábamos preocupados, sobre todo Tanjiro — Senjuro salto ante la mención del alfa.

— ¿Por qué Tanjiro estaría preocupado por mí? Hasta donde sé, solo soy el hermano de uno de sus instructores — Senjuro sintió las manos temblar.

— No lo sé, nadie lo sabe, ni siquiera Nezuko, un día llego desesperado buscándote, le pidió a tu padre, a tu hermano que le dijeran donde podía encontrarte, pero ambos alfas tenían algo que proteger — murmuro el pilar mientras su mirada vagaba hacia el pórtico y por fin Senjuro se dio cuenta, aun con el viento helado y seco se podía apreciar el aroma de su cachorro, para una nariz tan adiestrada como la de Zenitsu no le sería difícil averiguar quién era su padre alfa.

— ¿Qué es lo que quieres? — Senjuro comenzaba a ponerse a la defensiva.

— Regresa conmigo, Tanjiro te necesita — Senjuro lo miro con los ojos entornados en sorpresa, Zenitsu sabia algo, algo de lo que no era capaz de hablar, porque lo más seguro es que le había dado su palabra a su amigo.

— No puedo... — el omega no pudo terminar aquella frase, el llanto de Rokuta tomo todo su atención y sus instintos.

Casi corrió hacia el pórtico, con sus pies hundiéndose en la nieve, dificultándole sus pasos, cuando logro llegar hasta el cachorro el alivio lo recorrió, estaba bien, solo tenía demasiado calor y manoteaba desesperado por liberarse.

Hermosa Bestia⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora