Capítulo 11:

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Tanjiro sintió a Senjuro aflojarse en sus brazos, su aroma era parsimonia liquida que lograba ahogar sus pulmones y endulzarlo todo y que sus instintos de dominación despertaron, feroces capaces de someter a SU omega ante su entrega voluntaria, sumisión y entrega, todos esos instintos lo desgarraban por dentro, quería... quería tantas cosas de Senjuro y personalmente se avergonzaba de su grande e ilustrada imaginación, sus cejas se juntaron y el ceño se frunció al tratar de controlarse, lo único que desea en esos momentos era castigar al omega, besarlo hasta la inconciencia y luego un poco más, hasta que se derritiera y fuera simplemente baba liquida entre sus brazos y suplicara por más, pero trato de volver a la línea, necesita comprender a lo que se refería SU omega.

— Senjuro, explícame — sus ojos oscuros vagaron por el hermoso rostro de Senjuro, necesitaba comprender porque el enfado de su omega.

— Te has revolcado con ese omega demonio, ¿No es así? — Senjuro no pudo sostener la mirada por mucho más tiempo, fue doloroso retirarla, pero cuando sintió el dorso de los dedos de Tanjiro acariciar su mejilla, sintió que no era su derecho el recriminarle nada, no eran nada.

Tanjiro lo observo con sus ojos entornados, acaso Senjuro ¿Estaba celoso? No podía ser posible, Senjuro le había dejado claro que él ni su hijo lo necesitaban, lo desconcertó, pero el brillo de la esperanza floreció.

— No — negó tratando de que el omega entendiera.

— ¡No me mientas! — exigió el omega, su mirada dorada era fuego puro.

— ¡Tienes su aroma impregnado en todo tu cuerpo, no soy estúpido Tanjiro! — Tanjiro volvió a fruncir el ceño, levanto y olfateo su antebrazo, era cierto, el aroma del demonio estaba profundamente arraigado a el que parecía suyo, Yoshiro debió haber impregnado sus feromonas, aunque uno imitación bastante convincente de las de Senjuro seguían siendo las suyas, debió hacerlo para poder hacer retroceder el berserker en él.

Cerro los ojos.

— No ha sucedido nada Senjuro — dijo con voz tranquila, tenía que apaciguar a un omega enojado, está bien furioso, tomo una bocanada de aire para relatarle lo sucedido, para que no volviera ver malos entendidos, otra vez entre ellos.

Se sentía avergonzado de revelar sus más sucios secretos, pero era necesario si quería a Senjuro de vuelta, no quería decirle a SU omega que no era lo suficientemente bueno para proteger a su cachorro.

— Perdí el control, la bestia dentro de mí me consumió, si no fuera por Yoshiro que imito tus feromonas aun seguiría vagando por el bosque, el me salvo — Tanjiro no se sentía orgulloso de no ser lo suficientemente fuerte como para controlar al animal.

— No te aseguro que no allá hecho nada durante la noche, no recuerdo nada, mi mente esta difusa y confundida, solo recuerdo cazar y matar animales, no sé si lastime algún ser humano, no se absolutamente nada — Senjuro dejo de luchar instantáneamente al escuchar a su alfa tan desesperado por haber hecho algo que no estaba seguro que hizo, había necesitado su ayuda y él no había estado allí para su alfa, el único que debió haberlo ayudado era su omega.

Era aquello por lo que no había descansado bien durante la noche, Tanjiro había gritado por él y él no había escuchado, era su lazo punzando por atención y sintió algo doloroso en su corazón, le había fallado a su alfa.

Tanjiro suspiro y lo apretó más contra su pecho e inesperadamente Senjuro no lucho, se abrazó contra la estrecha cintura de su alfa, apoyando su cabeza en el hombro de Tanjiro.

Si Senjuro se alejaba de nuevo probablemente moriría de dolor y soledad.

El aroma fuerte del omega lo mareo, olía maravillosamente para sus adoloridos pulmones.

Este era su alfa, le pertenecía a él y a nadie más, nadie más tenía el derecho de estar entre esos fuertes brazos, sus besos, su cuerpo, lo quería todo, todo en absoluto.

Algo brillo y era esa chispa de posesividad en él, lo estaba desbordando, sabía que aquel sentimiento era su instinto omega gritando que todo aquel pedazo de alfa era suyo, ¡Suyo! Lo único que desea era de alguna manera era sentirse cómodo y protegido para toda la vida.

Sintió las manos de Tanjiro acariciar su espalda baja con suavidad, suspiro complacido ante el toque, el beso al costado de su cabeza lo hizo ronronear.

— ¿Por qué no me buscaste después de tenerme? — Senjiro alzo su rostro desde el hombro del alfa, necesitaba mirarlo a los ojos cuando recibiera la respuesta que por mucho tiempo había buscado.

—No fue mi intención Senjuro — volver a sentir los dedos recorriéndole la mejilla se sintió diferente, más auténtico, sin resistencia, con entrega de parte del omega.

Tanjiro arrugo su entre cejo, dolía recordar la desesperación que sintió al no encontrar a su omega después de aquella noche, solo los pequeños fragmentos en su memoria no había sido mucha guía, ese día al despertar supo que algo le había faltado toda su vida y lo tuvo y lo volvió a perder sin siquiera el darse cuenta. 

Hermosa Bestia⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora