Capítulo 8:

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Nota Irenne: eh vuelto, no, no se crean, es un capitulo corto, espero estar subiendo capitulos aunque sean cortos, no eh escrito nada estas ultimas semanas y me preocupa, esto es lo primero ne mucho tiempo, espero y les guste.


Senjuro contemplaba la noche solitaria, oscura y distante, así era como se sentía, tan fría e insondable que calaba lo huesos y los hacia crujir y el omega sabía que solo había un alfa capaz de calentar lo suficiente como para que el dolor desapareciera, aunque se negara a admitirlo, deseaba a Tanjiro.

Con el rabillo del ojo, después de volver a mirar a su cachorro dormido, logro deslumbrar un tenue brillo por debajo de las puertas corredizas, sus hermosas cejas de fruncieron en un ceño fruncido y camino asustado hacia la puerta, con el corazón en la garganta, escucho pasos apresurados y Senjuro decidió tomar con cuidado a su cachorro del futón y lo recostó en la pequeña cuna cerca de su cama, si habría algún peligro, era el lugar más seguro para Rokuta, tal vez, solo tal vez si fuera si fueran un cazador de demonios alfa en celo o si por azares del destino, demonios habían logrado entrar a la sede, su hijo estaría a salvo, aun no tenía olor y su presencia no era muy grande, sabía que sería un omega como el, lo sentía, lo presentía, su instintos como progenitor se los decía, pero por el momento el niño estaba a salvo de los demonios, si es que los había, así que después de colocarle una manta y besar su pequeña cabecita, camino hacia la puerta.

Apretó sus manos en puño y respiro hondamente armándose de todo el valor que logro juntar en esos terribles segundos, con el corazón golpeando su pecho deslizo la puerta.

El aroma poderoso de un alfa lo golpeo como un tren, inundando su sistema, tuvo que parpadear un par de veces confundido, parecía tan familiar, era como una tibia cobija en un día nevado.

Era tan embriagante y atrayente que su cuerpo se movió por sí solo, el único pensamiento en esos momentos era abrigarse en el aroma, revolcarse en él, sentirlo tan cerca, a su alrededor.

Senjuro camino por los pasillos solo queriendo llegar a la fuente de ese aroma tan fascinante, sus pasos se apresuraron conforme el anhelo se hizo más grande en su corazón.

Sus pies descalzos tocaron la hiedra húmeda, la nieve recién caída comenzaba de derretirse ante el calor de la mañana, un escalofrió lo recorrió, pero no tenía frio, todo lo contrario, la adrenalina a tope.

Sus ojos buscaron al portador de aquel aroma, pero el aroma del bosque la nieve y el de los demás cazadores se entremezclaban, todavía estaba ahí y estaba cerca, sus ojos miel se enfocaron el patio de entrenamiento.

Con pasos temblorosos camino hacia donde su instinto lo llevaba, la calidez lo inundo por completo y la sensación de protección lo hizo suspirar, tenía mucho tiempo que no se sentía así, desde que era un cachorro aferrado a la mano de su madre.

El sentimiento lo hizo correr hacia ese alfa, tenía que aferrarse a él, una ráfaga de luz brillante y cálida lo hizo detenerse y proteger sus ojos ante el resplandor.

La luz se fue atenuando, se fue apagando y Senjuro dio un paso atrás cuando solo quedo la fina silueta de una mujer.

Su hermoso kimono se arrastraba al acercarse a él con seguridad, Senjuro pensó en correr, era un alfa, ¿Qué había estado pensando? No, no habia estado pensando, lo único que había quería era sentirse protegido, como tenía tiempo queriendo sentirse y como su alfa no se lo había dado, Tanjiro no se había enterado ¿Pensó en buscar la protección en otro lado? ¿Eso fue lo que lo impulso? Lo que fuera tenía que salir de ahí, pero sus pies no podían dejar la tierra debajo.

— ¿Qué eres? — pregunto a la defensiva, no conocía a esta mujer, pero la mujer parecía conocerlo, la manera en la que lo miraba, con tanta familiaridad, que asustaba.

La mujer lo miro con compasión y tristeza curvando sus perfectos labios, lazando su elegante mano para acariciar la mejilla del omega.

— Eres hermoso — las palabras susurradas con dulzura apaciguaron su corazón tronando en su pecho.

— ¿Quién eres? — volvió a preguntar, pero esta vez con más tranquilidad.

— Han pasado tantos años —la expresión de tristeza y añoranza deformaron los perfectos rasgos de la mujer.

— Eras solo un cachorro cuando te deje en los brazos de Shinjuro — Senjuro tembló, ¿De que hablaba esta mujer?

— Has crecido hermoso y fuerte mi pequeño omega, mi Senjuro — las caricias en su cabello largo tenían sus rodillas debilites.

— No... — su voz se escuchaba estrangulada — No entiendo de que hablas... — cuando la mano de la mujer volvió a su mejilla y acaricio su pómulo, no pudo evitar las lágrimas, ese sentimiento, ese sentimiento era igual que el de su madre cuando lo consolaba.

— Mikami — Senjuro salto ante la voz sorprendida de Yushiro, reventando su burbuja.

Senjuro parpadeo confundido, ante lo que vio, dos personas que salían de la espesura del bosque y se encontraban acercándose con total familiaridad, Yushiro y Tanjiro.

Su estómago se revolvió ante la imagen que conjuro su mente rota y los celos le carcomieron el alma.

Yushiro era un demonio, un demonio pero omega, Tamayo había descubierto lo que Muzan aun no, como podía un demonio ser más humano y que mejor forma que dándole un sub género.

Frunció sus labios en una mueca de disgusto, claramente fulminando con la mirada al alfa que lo miro confundido.

No podía evitar tratar de apropiarse del pilar del aliento solar, marcarlo con su aroma para que todo el mundo supiera que era suyo.

Inhalo profundamente tratando de calmar esos impulsos, Tanjiro no era suyo y jamás lo seria, eso provocó una punzada de dolor en su corazón. 

Hermosa Bestia⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora