Capítulo 21

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Cassie Walker, domingo 5 de julio.

El pequeño encuentro que había tenido por la mañana con Ashton me había divertido muchísimo, haber visto su rostro cambiar de uno lleno de emoción a uno confundido cuando mencioné que solo había sido un simple beso, no tenía precio alguno, amaba ver como no entendía algunas cosas y es que en el fondo somos muy parecidos, no era difícil saber que decir para descolorarlo. Si el supiera que si tenía ganas de hacer lo que fuera con él, escapar de aquí y hacer cosas divertidas como solíamos hacerlo antes. Pero ya había quedado con Zack para acompañarlo porque iría de compras y me había invitado un café. Obviamente debía utilizar el poder que ahora tenía sobre él, porque si le quiero con todas mis fuerzas y desearía volver a tener todo aquello que alguna vez calentó mi corazón y derribó cada una de las armaduras que solía poner.

Luego de una tarde divertida con Zack, me dejó en casa nuevamente. Qué extraño era pensar en eso... este era mi hogar ahora mismo. Un hogar cómodo, tenía a todas las personas que quería ahí y realmente esto me gustaba cada vez más, sobre todo ante la posibilidad de empezar desde cero con ese estúpido hombre que me había elevado hasta las nubes y a su vez destruido. No podía negarme un segundo más a mi misma el saber que si quería estar junto a él. Aunque en mi mente resonaba una y otra vez que era un estúpida y pésima idea.

Excelente idea, maravillosa y divina.

Obviamente mi vocecita interna era la más feliz al saber que no podía dejar de sentir y que cada vez le hacía menos caso a la razón y más al corazón.

Bajo del auto de Zack justo fuera de la casa de los chicos y me aproximo a la puerta, llama mi atención una pequeña nota de color amarillo: "Sigue las velas".

Dice escrito y no puedo evitar que mi corazón se acelere alocadamente cuando abro la puerta y me encuentro con un camino de velas encendidas. Consciente de que estuve todo el día fuera de casa, ya había anochecido y siendo honesta un par de veces durante el día cuestioné donde estaría todo el mundo que solía controlar mis pasos desde que me había accidentado. Solo mamá había mensajeado varias veces. No le había tomado importancia, hasta ahora.

No creo haber golpeado tanto mi cabeza para haber olvidado mi cumpleaños, aún ni siquiera era el mes correcto. La herida en mi frente aún dolía cuando la limpiaba, aunque se veía cada vez mejor y el dolor había cesado bastante unos días después de llegar a casa, imagino que por los medicamentos que tomaba regularmente como un reloj, sin olvidar ninguno por supuesto. Tenía a varias personas, sobre todo a Ash, recordándomelo constantemente.

Obedecí aquella nota avanzando entre la oscuridad de la casa que solo se iluminaba mínimamente por la escaza luz que desprendían aquellas lucecitas. Las velas me llevaron hasta mi habitación donde yace una enorme caja sobre mi cama, bien adornada con un lazo de color rojo que hace juego con el contraste de la caja gris. Impresionada por el precioso detalle la abro con cuidado encontrando dentro de ella un lindo vestido de seda. Lo levanto para poder apreciarlo mejor. Jamás había usado algo de color plateado, pero me parece precioso. Un vestido elegante muy largo, con un corte en la pierna.

Vuelvo a observar la caja y dentro de esta un sobre con otra nota amarilla sobre ella: "léeme". Con cuidado acomodo el vestido sobre mi cama y abro el sobre. Saco una preciosa hoja gruesa con un peculiar olor a flores. Mi corazón palpita aun más rápido, se encoge y todas esas emociones que ese hombre con ojos hipnóticos suelen causarme vuelven al instante.

"A mí me encantan los retos,

Como tú, pero dime,

¿Te gustan los perseverantes?,

Andrés Ixtepan."

Sonrío al ver aquello, el sobre tiene otra nota dentro. Dios Ashton... que controlador podías ser a veces, indica que debo colocarme el vestido e ir a la parte de atrás de la casa exactamente a las 9 :00 pm, miro la hora en mi celular dándome cuenta que faltaba poco para eso. Decido comenzar a arreglarme pronto, ya que con el yeso en mi brazo me cuesta vestirme y por lo visto Dana no está cerca.

Yo nunca, nunca [TERMINADO] [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora