Capítulo 8

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Cassie Walker, sábado 11 de abril

Dana y yo nos quedamos a dormir en casa de los chicos, nos levantamos temprano y preparamos todo para ir a jugar paintball, nos emociona mucho la idea, jamás lo habíamos hecho. Subimos las cosas al auto de Ashton, nos acomodamos quedando Ty, Dana y yo en los asientos de atrás.

Mike se sube junto a Ash y partimos el viaje. El lugar queda a unos 30 minutos, así que acomodo mi cabeza en el hombro de Dana quedándome profundamente dormida, ya que durante la noche no pude descansar casi nada porque Dawson no entiende el concepto "dormir" cuando nos quedamos juntos y la verdad no me molesta cuando pasamos la noche, el problema es al día siguiente cuando debo ir a estudiar o como hoy que teníamos planes.

De pronto siento un dedo picotear mi cara, abro mis ojos con lentitud y veo a Ash inclinando su cuerpo entre los asientos delanteros con su dedo sobre mí. Le sonrío, bajo del auto, Ash se apresura tomando mi mano y con la otra mano libre agarra la de Ty haciéndole ojitos — Canelita — le lanza un beso.

Yo me río de la estupidez de Ashton, de hecho es una de las cosas que más me gusta, su sentido del humor, actitud positiva y lo alegre que siempre está — Dulzura — besa mi mejilla.

Olvídalo, ya no me gusta.

Aw si nos encanta

Sacudo mi cabeza e ignoro el horrible apodo de Ash, caminamos hacia la puerta principal del lugar, nos atiende un enorme señor con rostro serio, su calva brilla como si fuese una pelota recién pulida, Mike habla con él sobre las reservaciones que habían hecho, una mujer bajita muy delgada nos entrega una sonrisa y acto seguido grita con fuerza.

— ¡Ricky! —

Un joven alto sale detrás de una puerta con cara de amargado, camina hacia nosotros parándose frente a mí, su gesto cambia por uno coqueto, levanta las cejas y me sonríe, Ash aprieta mi mano y me acerca a su cuerpo.

— Que tal, bienvenidos al mundo de la pintura, yo seré su guía y quién les entregará los overoles, síganme — camina en dirección a una puerta que conduce al exterior del recinto.

Llegamos a unos camerinos, entramos y el chico dispone a sacar unos cuantos overoles de diferentes colores — ¿Cuál es tu talla? — me mira con una sonrisa.

— A ti que te importa — exclama Ash,

— Me importa que use el overol correcto, ¿a ti no? —enarca una ceja.

Ash se ruboriza al mismo tiempo en que todos nos reímos a carcajadas, jamás creí que pudiese ser un tipo tan celoso.

Tyler busca nuestros overoles de color rojo, nos lo entrega a Dana y a mí quienes seríamos del mismo equipo, mientras Mike y Ash se ponen los de color negro. — Bien, ¿están listos? — nos dice desde la puerta Ricky.

— Si lo estamos — responde Tyler.

— Bueno les explico un poco, afuera están las armas cargadas con balines de pintura, es importante que en todo momento usen las gafas como protección para sus ojos, no les voy a mentir un disparo de esos sí que duele — se ríe y avanza hacia el sitio donde jugaremos.

Miro alrededor, observando los pequeños montones de tierra, barriles, césped muy alto, algunos neumáticos y un pequeño cerro — Observando el perímetro dulzura — susurra en mi oído.

— Eres el enemigo, no me hables.

— Te da miedo confundirte y que tu inmenso amor por mí estropee el juego y me dejes ganar.

— Qué triste es tu situación, primero te aterra que patee tu trasero, segundo no se dé que inmenso amor me hablas — Ashton se ríe y trata de decir algo pero me apresuro en continuar — Tercero y no menos importante jamás te dejaría ganar, en nada.

Yo nunca, nunca [TERMINADO] [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora