Capítulo 77

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Mientras Alcide estaba en la otra habitación dando instrucciones sobre las curas, Derek me ayudaba con ellas. Solo las heridas más profundas necesitarían vendas y gasas. Es decir, solo las dejadas por los cilicios y por los clavos que me disparó con la pistola. Los cortes eran solo superficiales aunque dolorosos, pero no podía ponerme una gasa por cada uno. Eran demasiados y me negaba a parecer una momia. En cuanto a los tímpanos... No podíamos hacer nada, porque se curaban por sí solos, aunque vendría bien que Alcide me los revisara para ver exactamente cuál era su estado. 

Una vez que ya estuve vendada y curada por todos lados, Derek me trajo una camiseta y unos pantalones suyos que me quedaban enormes. En un primer momento pensé en quejarme, pero después de mi cuenta de que al ser tan ancha no había tanto roce con mi piel sensibilizada, así que tuve que agradecerle por su buena idea. Además, en su ropa estaba incrustado su olor y me sentía muy reconfortada por él, así que no tenía quejas. Sin embargo, llegar a este punto significada que ya no podía retrasarlo más. Cuando terminé de vestirme, Derek y yo salimos y vimos a Alcide preparado para la prueba. 

-¿Qué es eso?-preguntó Derek mientras me ayudaba a echarme sobre la cama. Yo aspiré suficiente aire como para dejar sin oxígeno la habitación antes de responder. 

-Un ecógrafo-Derek se quedó paralizado con las manos en el aire, señalando el aparato y a mí respectivamente. 

-¿Es-es-estás embarazada?-titubeó un poco al principio, lo que le dio un encanto infantil y tierno. 

-Eso me dijo Adam-contesté mientras me subía la amplia camiseta y me echaba yo misma el gel sobre el estómago. Intenté alejarme mentalmente de la preocupación que me producía la posibilidad de estar embarazada y traer un bebé a un mundo donde existía gente como Adam. Pero, por otro lado, si tenía alguien más por quien luchar, sería menos probable que me dejara hundir en la mierda, ¿no?. No dejaría que los traumas me destrozaran cuando había una posibilidad de que una personita estuviera creciendo dentro de mí. 

-¿Puedes soportar que lo haga yo o prefieres hacerlo tú?-dijo Alcide mientras me ofrecía el aparato. Yo lo cogí y me lo acerqué. Solté un largo suspiro antes de extender el gel y colocarlo en la posición adecuada. El tiempo que tardó Alcide en confirmar o negar la existencia de un bebé se me hizo eterna. 

-Estás embarazada-anunció. Me quedé congelada. Durante los primeros segundos no reaccioné. Puede incluso que fueran minutos. Pero cuando lo hice, fue a lo grande. Grandes lágrimas salieron de mis ojos mientras el dolor me golpeaba con fuerza por dentro. 

-Dana, cariño, es una buena noticia. ¿Por qué...?

-Él amenazó con sacarme al bebé cuando estuviera más adelantado y descuartizarlo delante de mí. Yo ignoré esa amenaza porque creí que lo de estar embarazada era una mentira suya, pero no lo fue. Dios mío, Derek, si hubiera estado más tiempo en sus manos...-no fue necesario terminar la frase. Derek al momento se sentó junto a mí en la cama y me abrazó con fuerza contra él. Notaba como su cuerpo temblaba contra el mío mientras yo tampoco tenía el más mínimo control sobre el mío. Me agarré con fuerza a sus hombros mientras intentaba no gritar de la frustración y el dolor. 

-Sssshhh... Tranquila. Eso no va a pasar nunca, ¿entendido? Nuestro hijo crecerá completamente sano, rodeado de amor y de gente que daría la vida por protegerlo. Y sus padres se encargarán de que Adam jamás tenga la oportunidad de acercarse siquiera, ¿de acuerdo?-al mirarlo a los ojos pude ver esa verdad reflejada en ellos y confié en que tenía razón. Eso me ayudó a respirar de nuevo con normalidad, aunque las lágrimas no dejaron en ningún momento de caer. Entre ambos destruiríamos la amenaza que era Adam para nosotros. Tras eso, fui realmente consciente de lo que significaba todo esto. Asentí a las palabras de Derek mientras mis lágrimas pasaban de ser de dolor a felicidad. Iba a ser madre. Nunca había entrado en mis planes serlo, pero ahora que estaba embarazada no podía evitar estar feliz. En unos meses tendría a una personita pequeña en mis brazos que sería mitad Derek y mitad yo. La alegría y la calidez me invadieron completamente hasta que el recuerdo de un lobezno saliendo de Malia como humana cruzo mi mente. Si iba a tener un parto de ese estilo, necesitaría concienciarme con tiempo. 

Mi Mate. Mi AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora