Capítulo 45

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Tras nuestra pequeña charla de madrugada, cada uno volvió a su lugar. Derek a su habitación, y yo al sillón, mientras rememoraba una y otra vez la caída de Derek. Sería uno de mis momentos favoritos sin duda alguna. El resto del tiempo me la pasé en blanco. La verdad es que agradecí que al poco rato de que Derek se hubiera vuelto a su cuarto el cielo comenzara a clarear. Porque ya no sabía sobre qué más pensar. Me levanté y salí al balcón, mirando como los tonos azul oscuro pasaban poco a poco a tonos más claros y anaranjados mientras el sol se asomaba lentamente por entre las copas de los árboles. 

Ese tono anaranjado me recordó inmediatamente a mi veterinaria. Cuando llegué a este pueblo hacía algo más de un año, tenía el dinero justo, que había ahorrado con mucho trabajo, para poder abrir la clínica. Aproveché todo lo que pude del material que habían dejado los anteriores dueños, que también habían sido veterinarios, así que parte del dinero pude gastármelo en renovar sobre todo la zona de curas y quirófano, que era lo que estaba más anticuado. Para poder comprar los pijamas médicos con los que trabajaría me tuve que ir a una ciudad cercana, porque este pueblo era demasiado pequeño para que tuviera esa clase de cosas. 

Eso solo ya fue en sí una aventura, porque tuve que ir en autobús, y este pueblo no estaba demasiado buen comunicado con el resto. Tuve que coger tres autobuses diferentes y llegué unas tres horas y media después. Para cuando llegué, la tienda había cerrado para la hora de la comida, y tenía que esperar hasta las 4 de la tarde, cuando volverían a abrir. No podía gastarme mucho del dinero que llevaba en algo de comida, porque no sabía cuánto podían costarme los pijamas, y no podía comenzar a trabajar sin ellos, sobre todo si me venía alguna urgencia para operar. Así que solo me compré medio sándwich vegetal y una botella pequeña de agua. Me lo comí sentada en la acera de enfrente de la tienda, y allí esperé hasta que abrieron. 

Y una vez dentro, me dí cuenta de que comprar un lote de pijamas médicos costaba mucho más de lo que me pensaba. Nunca me había tenido que preocupar en la anterior veterinaria en la que había trabajado porque yo solo era una empleada. La dueña de la tienda debió darse cuenta de lo que pasaba y debí darle mucha pena, porque me llevó a la zona de almacén, donde tenía un lote de pijamas que llevaban allí demasiado tiempo. Nadie los quería porque el color era muy llamativo. Pero a mí me encantó. Era el mismo naranja del amanecer que estaban viendo mis ojos en estos momentos. Me enamoré de esos pijamas, así que ese día todo el mundo acabó muy contento. La dueña se pudo deshacer de un material que en breve tendría que tirar si no podía vender, y yo me llevé lo que necesitaba con un descuento enorme. 

Cruce los brazos sobre la barandilla y apoyé mi barbilla sobre ellos. Realmente echaba de menos mi veterinaria. Puede que cuando Medianoche se diera cuenta de que Silvermoon le superaba en número, porque los entrenamientos iban a salir perfectamente, se fueran ellos solos  a tomar por culo y yo pudiera volver a mi veterinaria. Aunque de momento no fuera seguro volver a trabajar ahí, sí que quería un día de éstos ir al pueblo para terminar mi contrato de alquiler por el piso. No entraba dentro de mis planes separarme de la manada, así que era una estupidez mantenerlo alquilado. Se lo comentaría a Derek, por si quería y podía venir. Si no, se lo comentaría a Stiles, ya que era consciente de que si iba sola podía ser atacada. Todo esto era bastante mierda. Me giré cuando escuché ruidos en la habitación. Al volverme vi a Theo desperezándose mientras miraba alrededor. Entré en la habitación. 

-Buenos días. ¿Cómo has dormido?-me acerqué hasta la cama y me senté mientras intentaba peinarle un poco los mechones rebeldes. 

-Hacía tiempo que no dormía durante tanto tiempo. Me siento bien. Me ha ayudado mucho hablar con usted, Luna Dana. 

-A ver, dos cosas. La primera, aquí me tienes para cuando me necesites. Da igual la razón, puedes venir a hablar conmigo en el momento que quieras. Y segundo, deja de tratarme de usted, por favor, que solo tengo 23 años. Me haces sentir vieja. Sé que es por respeto, pero le estoy intentando quitar la manía a los demás, y tú no vas a ser menos. 

-Vale, lo intentaré, Luna Dana-me mostró la sonrisa más dulce que había visto en mi vida. Este chico iba a ser un rompecorazones en cuanto tuviera edad para interesarse por las chicas. Pero la burbuja de felicidad que estábamos viviendo ahora mismo se explotó cuando a los dos nos sonaron los estómagos a la misma vez y con la misma intensidad. 

-Creo que será mejor que vayamos a desayunar-al escuchar eso, él saltó de la cama mientras se iba dando saltos hacia la puerta. Yo le seguí a un ritmo más adulto. Pensé en cambiarme de ropa, pero pasando. Si alguien tenía queja de que fuera con la misma ropa del día anterior, toda arrugada, que me fuera besando el culo. Tardé la misma eternidad de todos los malditos días en bajar los tres tramos de escaleras, pero cuando llegué a la planta baja, otra cosa que no era el olor a comida recién hecha que venía desde la cocina me llamó la atención. Entré al salón de la izquierda, donde solían reunirse los Guerreros para hablar de mierdas de Guerreros, y vi un montón de tipos de pistolas y armas de fuego de distintos calibres dispuestas y ordenadas sobre la mesa. 

-¿Crees que con éstas serán suficientes?-surgió la voz de Scott desde el otro lado del salón, mientras terminaba de colocar dos recortadas junto a las demás armas. Yo miré todo lo que había conseguido en tan poco tiempo desde que se lo había pedido y me quedé paralizada durante unos instantes. 

-Diría que de sobra. 


Buenas a todos. Hace poco he sufrido una pérdida muy dolorosa para mí  y no creo que pueda publicar durante un tiempo. No sé cuando volveré a sentirme preparada para ocuparme de mis historias, cosa por la que pido perdón a todos los que me leéis, pero realmente no me siento con fuerzas suficientes para preocuparme por algo que no sea intentar superarlo. Si queréis podéis dejar aquí preguntas sobre Mi Mate, mi Alpha o los personajes. Responderé a todo cuando pueda volver a publicar con normalidad. Espero que podáis comprenderme. 

Un beso para todos. 

Mi Mate. Mi AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora