Capítulo 59

3.9K 311 9
                                    

-Creía que el cachorro se convertiría en bebé cuando su madre se mantuviera como humana durante los primeros momentos del parto, pero parece que no-comentó Lydia con un tono bastante indiferente a mi parecer, la cual había dejado durante unos segundos de agarrar las manos de Malía para asomarse entre sus piernas y ver el espectáculo que era ver un rabo peludo y oscuro asomando del interior de la vagina de una mujer humana. Me llevé las manos a la cabeza al ver que la única que parecía preocupada por lo que estaba pasando aquí era yo. 

-Dios mío...-susurré mientras miraba a mi alrededor, buscando una inexistente salida a esta situación. 

-Pensé que si me quedaba como humana el parto sería más bonito que si lo hacía como loba-dijo Malía, la cual intentaba no llorar por el esfuerzo de controlar sus gritos de dolor. 

-Puede que cuando pase un tiempo lo consideremos así. Pero ahora tenemos que traer a este chiquitín al mundo, sano y salvo, ¿vale?-ella asintió enérgicamente ante mi comentario mientras apretaba otra vez los dientes por una nueva contracción-. No controles los gritos, Malia. Si necesitas gritar, hazlo-al instante un alarido de dolor salió de sus labios-. Estamos muy cerca de la frontera-comenté mientras me giraba hacia el Alpha. Al instante él entendió lo que quería decir, porque echó la cabeza hacia atrás y aulló. 

-"Dispondré a los Guerreros en un perímetro alrededor de la casa. Ningún Medianoche se acercará. Tú solo céntrate en Malia y en su cachorro"-asentí ante su anuncio. Volví a arrodillarme entre las rodillas abiertas de Malia e intenté calcular cuánto había dilatado. Coloqué mi mano al lado, para hacer un cálculo rápido y parecía que ya había dilatado los 10 cm de rigor, sin embargo, no parecía que por ahí pudiera salir este cachorro, cosa que no entendía. ¿Por qué este lobezno parecía tan jodidamente grande?

-Luna Dana, ¿podrías leerme un poco?-me pidió Malia en un susurro cansado y dolorido. Levanté la vista de ese galimatías en que se estaba convirtiendo su entrepierna y asentí por inercia. Lydia me tendió un libro sobre cómo enfrentarse a un parto. Tenías muchas páginas marcadas con las esquinas dobladas, así que no sabía muy bien por donde empezar-. Página 237-me indicó. Busqué la página indicada y vi que era el capítulo del parto. Lógico que me hubiera mandado a ese apartado. Comencé a leer un párrafo al azar. 

-"Las contracciones son como olas que rompen en la orilla con suavidad. Céntrate en esa imagen. Inspira por los ojos y expira por la vagina"-me quedé sin palabras tras leer esa frase. Miré al Alpha que miraba con bastante interés toda la escena, después a Malía y Lydia que me observaban muy intensamente-. ¿Tú sabes hacer eso?-le pregunté a la parturienta. 

-Esperábamos que tú le enseñaras-comunicó Lydia como quien pide un vaso de agua. 

-Yo no sé hacer eso con mi vagina-aclaré, marcando sílaba a sílaba. 

-Vaya... ¡Qué decepción!-exclamó Lydia. Le eché una mirada asesina. 

-¿Cómo cojones nos hemos hecho amigas?

-Porque las dos somos igual de tocapelotas-explicó como si fuera la mayor obviedad del mundo. Le iba a responder con un rotundo "no" cuando me acordé de cómo sacaba de quicio a Derek a propósito. Vale, quizás no iba tan desencaminada. 

-El libro no nos hace falta. Solo necesitamos tener un poco de sentido común para sacar esto adelante, ¿vale?-dije intentando improntarle toda la confianza que pudiera a mi voz. Ellas dos asintieron y juntas pasaron otra fuerte contracción. No sé cómo iba a conseguir que esto saliera bien. 

-"Eres su Luna"-me giré al escuchar la ronca voz del Alpha en mi cabeza, quedándome cara a cara con su cabezón, mientras esperaba a que continuara-. "Malia está tranquila porque sabe que su Luna está con ella, apoyándola y ayudándola. Muchos embarazos entre los de nuestra especie se malogran por culpa de los nervios de la madre. Se adelantan cuando aún el crío no está preparado para salir o incluso provocan un aborto. Y la cercanía de la festividad de la Diosa Luna nunca ayuda a que esos cachorros nazcan bien y sanos. Pero Malia no está pensando en nada de eso por el simple hecho de que tú estás aquí con ella. Confía plenamente en ti, en que todo va a salir bien porque su Luna es estupenda y siempre sabe qué hacer. Solo queda que tú te lo creas un poco y seas la de siempre. Sé que ahora mismo estás cansada por las pesadillas que tienes por las noches, y que puede que te resulte complicado concentrarte, pero no estás sola. Lydia y yo estamos aquí para ayudarte en lo que necesites"-me conmovieron sus palabras más de lo que quería admitir. Incluso cuando pasó tan por encima el asunto de las pesadillas. Quería preguntarle cómo lo sabía. Quería con todas mis ganas y fuerzas. Pero había una mujer que estaba intentando traer una nueva vida al mundo, así que mejor centrarme solo en esto por el momento y dejar esos asuntos personales para cuando no estuviera viendo con mis propios ojos el horror de ver a un cachorro lobuno salir de una vagina humana. 

Mi Mate. Mi AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora