Los Guerreros Silvermoon se pusieron a los costados de Derek, formando una barrera de músculos y fauces abiertas. El resto de los lobos de la manada dejaron de luchar para ponerse a salvo mientras los Guerreros avanzaban, enseñando los dientes y soltando gruñidos amenazantes que eran respondidos por los Medianoche. Al ver como el ambiente cada vez se iban poniendo peor, cogí la mano de Theo y me levanté mientras tiraba de él. Al pasar junto a Derek, él me dio un pequeño empujón en el hombro con el hocico. Nuestras miradas se cruzaron durante un instante y supe lo que quería comunicarme: que me pusiera a salvo, así que le respondí con un ligero asentimiento y comencé a correr con Theo colina arriba, hacia las casas. Al llegar a la puerta de la primera de ellas, me detuve y revisé que Theo estuviera bien. No tenía el más mínimo rasguño, pero sí estaba lleno de tierra. Hice que se metiera en la casa donde había algunas mujeres, hombres jóvenes y niños.
-¿Sabéis dónde puedo conseguir un arma?-todos me miraron como si les estuviera hablando en otro idioma, así que me puse a buscar cualquier cosa que me pudiera servir para defendernos, ya que ahí todos parecían haberse convertido en estatuas y ninguno parecía estar por la labor de hacer nada que no fuera respirar.
-¿Para qué quieres un arma, Luna Dana?-Theo se había acercado a mi y me observaba mientras yo rebuscaba en los cajones.
-Por si nos atacan. Yo no puedo convertirse en un lobo como vosotros, ni tengo colmillos y garras, así que tendré que defenderme de alguna forma.
-Nosotros no podemos defendernos. No está permitido-me giré hacia la voz que había hablado. Era de una mujer que tenía a un chiquillo de ojos enormes agarrado a su pierna que no paraba de temblar por los sonidos que estaba escuchando fuera de la casa. Antes de analizar y entender lo que me había dicho, vi a su espalda, en una de las esquinas de la casa un hacha apoyado contra la pared. Me dirigí hacia allí y lo cogí. Pesaba un poco más de lo que me resultaba cómodo, pero no me iba a poner exigente a estar alturas. Una vez que tuve el arma en mi mano me di cuenta del significado de lo que había dicho la mujer.
-¿Cómo que no lo tenéis permitido? ¿Quién os lo prohíbe?
-La ley de la manada. Solo los Guerreros pueden luchar. Nosotros solo lo hacemos cuando no nos queda más remedio, pero en cuanto ellos llegan, nosotros debemos quitarnos de en medio-me quedé con los ojos abiertos por la estupefacción de lo que estaba oyendo cuando un estruendo en la puerta nos hizo girarnos. Un lobo con los ojos de loco y la boca llena de sangre entró a la fuerza, dejando la puerta destrozada y salida de los goznes a su paso. Por el rabillo del ojo vi como todos los de la Silvermoon se encogían ante la presencia del lobo, sin moverse. Solo cerraron los ojos, esperando a ser atacados por su enemigo. ¿Qué mierda...? El Medianoche se lanzó hacia los niños, así que sin pensarlo, me lancé hacia delante y ataqué al lobo con el hacha, clavándoselo en una de las patas. El lobo soltó un aullido, pero antes de que se pudiera resolver y atacarme, volví a darle con el hacha, esta vez en el lomo. Con eso conseguí que saliera de la casa, soltando sangre a borbotones.
Me dirigí hacia la puerta y vi que uno de los Silvermoon se estaba ocupando del lobo que yo acababa de herir. La zona estaba llena de sangre y había algunos lobos que estaban tirados en el suelo, supongo que malheridos o puede que incluso muertos. Busqué con la mirada a Derek, pero algo me llamó la atención. Había un grupo de hombres armados con rifles y escopetas a unos cuantos metros de distancia de la lucha. Esos debían ser los Cazadores que envenenaron con plata a Theo. Apreté la mandíbula por la ira que verlos me provocó. Hasta que me fijé en el más alto del grupo. A pesar de la distancia, podría reconocer a ese hombre entre mil. Los ojos azules, fríos como el hielo y la fea cicatriz que le cruzaba media cara que yo misma le hice. Su mirada se conectó con la mía y un escalofrío me recorrió el cuerpo mientras veía como una sonrisa curvaba su deformada boca. Puta mierda.
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Mi Mate. Mi Alpha
FanficDespués de haber escapado de un infierno, por fin consigo tener una vida medianamente normal. Sin embargo, todo eso cambia cuando un hombre al que no conozco de nada se me acerca y me dice que soy su Mate. ¿Su qué? Desde ese momento, mi mundo pega u...