Inquietud

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"Mi vida ha estado buscando como sí estuviera deambulando todas esas veces"
Pansy, Taemin—



Observó a su esposo dormir, había pasado una semana desde que le encontró desmayado en la puerta de su casa, se llevó un susto horrible, desde ese entonces Minho había estado teniendo migrañas parecía ser que algo causó que volviera con las crisis.

—Karina. —susurró Minho al ver el rostro de su esposa.

Ella se sentó en la cama y tomó la mano de su esposo sintiendo que se le iba un peso de arriba al ver que está vez él no la apartaba como en días anteriores.

—¿Cómo te sientes hoy?

—Muy bien, no te preocupes, si llego a sentirme mal te avisaré.

Se sentó y correspondió el abrazo de su pareja y acarició su cabeza, tenía muchas preguntas en su cabeza, llevaba días soñando con Taemin, por alguna razón no podía sacarlo de su cabeza y no estaba bien, no cuando estaba casado y quería a su esposa, ella le ayudó a salir adelante cuando pensó que no podía.

—Minho, por favor no me pidas no preocuparme por ti, desde tú recuperación del accidente no habías tenido desmayos o migrañas, algo debe de estar mal, es bueno revisar tu cerebro y ver cómo está tu actividad cerebral.

—Karina, ahora mismo estoy bien, recuerdo que cuando pasamos por los especialistas nos dijeron que podían pasar estas cosas, sabes que perdí mi memoria, quizás la voy a recuperar en algún momento.

—¿Recuerdas algo? —preguntó ella.

Minho negó y ella asintió y cerró sus ojos esperando seguir de formal normal, quizás pudiera ser cruel, pero Karina prefería que su esposo no recordara su pasado y no sólo para que permaneciera a su lado, sino para que Choi no tuviera que sufrir por lo que era su vida antes de aquel accidente y esa vida era algo que ella ignoraba, no conocía esa parte de él.

—¿Tienes hambre? Preparé estofado de res, quiero que te alimentes bien, por ahora estás de licencia médica, debes aprovechar para reponer energías.

—Quiero volver a mi trabajo Karina, me siento muy bien.

—Volverás cuando el doctor lo autorice.

—Tengo la esposa más mandona del mundo, vamos por el estofado.

Fueron juntos a la cocina y Karina le sirvió el estofado a su esposo, Minho disfrutó el aroma y siguió a su esposa con la mirada cuando ella contestó una llamada teléfonica y desapareció por los pasillos, tomó un bocado sintiendo como una nostalgia lo invadía acompañado de una incómoda opresión en su pecho, como si le faltara algo, cerró sus ojos mientras masticaba lentamente, unos recuerdos vagos llegaron a él, una persona sin rostro apareció en su memoria. ¿Quién era?

—Minho, mira por fin logré cocinar algo para ti.

—¿De verdad? Déjame probarlo respondió.

Acercó el tazón con la sopa de pollo y sopló un poco para enfriarla, despacio la acercó a sus labios y tomó un sorbo, fingió una sonrisa y elogió el caldo.

Muy bueno Amor, estás mejorando bastante.

—¡Ming! Que bueno escuchar eso, entonces mañana te haré algo distinto.

Apretó sus ojos mordiendo sus mejillas, porque la sopa estaba dulce, al parecer alguien confundió la sal con azúcar...

Abrió los ojos abruptamente y se sobresaltó al escuchar a su esposa llamándole mientras apretaba su hombro derecho.

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