Corría el año 98 d.c., bajo el mandato del emperador Trajano el Imperio Romano prosperaba en todos los aspectos: económico, político, geográfico, administrativo, constructivo etc. Y gracias a las continuas invasiones y conquistas, Roma había adquirido grandes extensiones de territorio que fueron divididas en provincias gobernadas directamente por propretores y procónsules, elegidos anualmente por sorteo entre los senadores que habían sido pretores o cónsules el año anterior.
Roma mantenía protegidas las fronteras mediante campamentos militares y otorgaban derechos de ciudadanía romana a los habitantes de las provincias del imperio. Y es en una de las rondas del Ejército Romano en las rutas de comercio que el General Máximo Sextius Severus hombre que gozaba de la confianza del mismo emperador, conoció a la mujer que sería el amor de su vida a pesar de ya contar con una esposa. El General evitó que una caravana de comerciantes y enviados especiales de la familia imperial para pactar negociaciones con occidente y conseguir una alianza tanto militar como comercial fuera atacada por bandidos que recorrían la llamada Ruta de la seda.
Su nombre se debía a la mercancía más prestigiosa que circulaba por ella: la seda, cuya elaboración era un secreto que solo los chinos conocían. Los romanos especialmente las mujeres de la aristocracia se convirtieron en grandes aficionadas de este tejido, pero la seda no era lo único que circulaba por esta ruta ya que también transitaban: piedras y metales preciosos, telas de lana o de lino, ámbar, marfil, laca, especias, porcelana, vidrio, materiales manufacturados, coral, etc. En el imperio se le conocía a China como el país de los seres.
El General conoció a Meng Zi Yi una joven de clase alta del país de oriente y la salvó de una segura esclavitud junto a su amiga y dama de compañía Xuan Lu, quien llevaba a su hijo de apenas dos años llamado Xiao Zhan. Máximo de inmediato supo que amaría como a nadie a la chica oriental, quien también desde la primera mirada al legionario quedo hipnotizada y aceptó el amor del romano, aun sabiendo que no sería su primera esposa, y al aceptar ese amor también sabía que no podría regresar a China por la deshonra cometida a su familia y tradiciones.
Máximo estaba casado, pero como era normal su matrimonio había sido por conveniencia y arreglado, su esposa Gala era una mujer de la aristocracia romana, de rasgos finos y hermosos, la mujer se sintió humillada y ofendida cuando supo que el corazón de su esposo pertenecía a otra, y no era precisamente alguien de su mismo rango, era nada más y nada menos que una extranjera, la cual el General tuvo el descaro de meter en su villa, pero en una casa secundaria, la casa principal era ocupada por ella y su hija Lucía.
La Villa de Júpiter era una hermosa e inmensa hacienda compuesta de varias casas o mansiones, cada una con sus respectivos espacios: acceso principal, vestíbulo, complejo termal, aljibes, la residencia señorial y las salas para los sirvientes, además de los extensos terrenos de cultivos: viñedos y olivares. La vasta propiedad estaba circundada por altos muros como una fortaleza.
El General y Zi Yi vivieron en su villa un amor sincero, mutuo y sin problemas, ya que Máximo habló claro con su esposa, él jamás permitiría que atentara contra la chica extranjera y mucho menos permitiría que fuera tratada como un sirviente. Gala comprendió que había perdido al General y aceptaba que nunca fue suyo, su relación y matrimonio era pura estrategia, y también aceptaba que en otras circunstancias ella y la chica del país de los seres podrían haber sido amigas, ya que con el tiempo convivieron entreteniéndose mutuamente cuando Máximo salía a sus misiones: Gala le contaba todos los chismes de la aristocracia romana y Zi Yi le contaba sobre su país: su cultura, comida, tradiciones etc., ambas iban al foro durante la llegada de los comerciantes y no existía alguien mejor que Zi Yi para ayudarla a adquirir a un mejor precio la inigualable seda para sus suntuosas túnicas, las que podía presumir en las fiestas de élite a las que asistía con el General, porque ella siempre sería la que lo representaría en la sociedad romana, y eso era lo único que le importaba, en cuanto a la compañía masculina la verdad era que no necesitaba al General para que calentara su cama, podía tener al hombre que quisiera y así lo hizo, ese fue el acuerdo al que llegó con su esposo. Gala ni siquiera sintió rencor cuando se enteró de que la pareja esperaba un hijo, hasta se puede decir que se alegró ya que ella después de dar a luz a su hija Lucia hacía dos años, no pudo volver a concebir para tratar de darle un descendiente varón que continuara con el nombre familiar.
El General y Zi Yi dieron la bienvenida llenos de alegría a su hijo al cual llamaron Lucius Severus, el niño nació con rasgos orientales como su predominante físico, su piel clara era como la de su padre, pero sus hermosos ojos negros y rasgados eran como los de su madre, quien se preocupó un poco por ese detalle, pero Máximo le aseguró que nadie despreciaría a su hijo y que sería educado y criado como el romano que era. Zi Yi pidió el consentimiento del General para poner también un nombre chino a su hijo, el hombre no podía negarle nada a la mujer que amaba y la cual le había dado el descendiente varón que tanto deseaba, así que sin dudarlo aceptó, y desde ese día a Lucius también se le conocía como YiBo.
El pequeño YiBo creció como todo un niño de la aristocracia romana, educado por los mejores eruditos del imperio, pero su padre contrató a uno en específico para que estuviera a disposición del amo YiBo: Próximo.
El erudito se encargaba de la educación tanto de YiBo como de Zhan, quien demostró tener grandes habilidades, para Próximo era obvio que el chico llegaría a ser un gran negociador y consejero político. Xiao Zhan gozaba del cariño incondicional del General quien lo llamó Casius, brindándole así un nombre occidental, Casius o Xiao Zhan llamaba al General tío por solicitud del mismo, vivía junto a su madre en la segunda residencia y había cuidado del pequeño YiBo desde que nació. Desde que lo vio en brazos de su madre, Zhan no quería separase del bebé y para que no se sintiera relegado tanto su madre como la de YiBo le pusieron «la misión» de vigilar al recién nacido, el niño de entonces tres años se tomó muy en serio su deber, así que mientras YiBo dormía él jugaba a su lado y en cuanto lo escuchaba llorar, corría en busca de su madre o de Zi Yi para comunicar que el pequeño amo había despertado y era necesario atenderlo de inmediato. Los dos niños crecieron y se educaron juntos, al ser físicamente distintos del resto de niños romanos los hizo más unidos y protectores entre sí, y aunque Zhan era tres años mayor que YiBo, con el tiempo el menor era quien protegía a Zhan.
Al ser un descendiente de militares YiBo también era entrenado en el combate, sus maestros dos antiguos gladiadores sobrevivientes a los crueles juegos fueron adquiridos por su padre en una subasta de esclavos: Atilius y Vero. Estos no solo desempeñaban la función de entrenadores del futuro legionario, también eran los guardaespaldas del niño que demostró grandes aptitudes para el combate cuerpo a cuerpo, YiBo se volvió un experto en el manejo de la espada, el arco y la lanza, tal era su destreza que en años venideros al ser el líder de uno de los asentamientos militares que protegían las fronteras del impero, sus enemigos huían al enterarse que enfrentarían a la legión comandada por el que llamaban El General Extranjero, el sobrenombre se debía a su aspecto físico diferente al resto de sus compañeros helénicos, y cuando veían el estandarte del águila seguido por el General vestido con su Lorica musculata* cuyo relieve mostraba la cabeza de un león y su paludamentum** que denotaba su alto rango dentro de las filas, montado en su hermoso y poderoso caballo, el miedo los inundaba al contemplar la seguridad y fiereza de esos ojos rasgados, fiereza que se doblegaba y caían ante la presencia de Xiao Zhan, el único ser humano en todas las provincias del imperio romano que podía decir que no le temía al General Extranjero.
*.*.*
*Armadura que reproducía la musculatura del pecho, reservada a los rangos superiores.
** Un manto o capa de color escarlata sujeta desde un hombro, usado por los comandantes. Las tropas no lo utilizaban, ya que se trataba del distintivo del comandante en jefe del ejército.
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El General Extranjero.
FanficLa diferencia entre una República y un Imperio es la lealtad del ejército. Julio Cesar.