16. RECONCILIACIÓN.

768 60 164
                                    



En cuanto Marcus escucha su nombre se levanta de golpe, y asustado mueve su índice en señal de negación. —No, no, no, no, no...


— ¡Siéntate! —le ordena Zhan una vez más.


— ¡¿Estás loco?! —grita YiBo.


— ¿Por qué? Dijiste que con quien yo quisiera, que lo aceptarías y no matarías a esa persona —al escuchar las últimas palabras, Marcus se pone de pie otra vez y Zhan con una sonrisa vuelve a verlo —, cálmate, no va a matarte, él mismo lo dijo.


—Yo... —Marcus intenta hablar, necesita salir de ahí inmediatamente antes de que sus intestinos sean derramados en el piso, pero lastimosamente su intento es fallido.


— ¡Cállate, Marcus! —le grita YiBo para luego dirigirse al mayor —. ¿En serio, Zhan? ¿Marcus?


— ¿Qué hay de malo en él?


— ¡Es nuestro mejor amigo!


—Por eso mismo, me sentiré seguro con alguien que conozca, ¿o prefieres que escoja a alguien más? —pregunta con fingida inocencia el mayor de los presentes.


— ¡No quiero que escojas a nadie! —los verdaderos pensamientos de YiBo al fin salen a flote, su fachada de militar sereno se va a la mierda.


— ¿Entonces aceptas que no quieres que esté con nadie que no seas tú? —YiBo con cara de niño asustado asiente —, ¿pero está bien si tu estas con alguien más?


YiBo se siente perdido, teme que su respuesta no satisfaga a Zhan. —No... —responde con voz trémula.


Attius que observa todo quiere reírse al ver a ambos legionarios que en batalla son unos leones, pero ante Zhan, solo son dos pequeños y asustados gatitos, Marcus se remueve nervioso y voltea a verlo con ojos suplicantes para que lo ayude a salir de ese problema.


—Eso no es justo, YiBo, si tú puedes yo también —Zhan entonces se dirige a Attius —. Attius acompaña a Marcus a mi habitación, ya sabes que hacer —le pide al sirviente que asiente muy seguro.


—No, espera, Zhan, yo no quiero... —Marcus se acerca y toma la túnica de Zhan para pedirle su ayuda, tal y como lo hacía cuando tenía ocho años y necesitaba que el mayor calmara el arranque de rabia de YiBo cuando este perdía en algún juego contra él.


—Por aquí, amo Marcus —le dice Attius y toma del brazo al legionario para que suelte a Zhan y así conducirlo a la habitación del mayor.


Marcus incrédulo entra en la habitación y siente como Attius prácticamente lo empuja, ni siquiera le importa que el esclavo lo trate así, con su boca abierta mira como Attius acomoda la cama, la vasija de agua y se le acerca para despojarlo de la ropa, asustado, Marcus ciñe sus brazos a su cuerpo protegiéndose de las manos del sirviente, Attius quiere reírse, Marcus luce como si quisieran aprovecharse de él.

El General Extranjero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora