●¿Deberiamos correr?Las mujeres frente a Eileen la miraban con cierto temor, bueno, con mucho miedo a decir verdad.
Aún no sabían qué tan fuerte o capaz era. Así que no sabían si deberían correr o reírse en su cara.
- Ya, tranquilicense. Puedo oler su miedo, no les haré nada.- Aseguró-. Al menos no por ahora...- murmura.
- ¿Porqué estás aquí?- Le pregunta nuevamente Rose.
Ella suspira girando los ojos.
Esta mujer es persistente.
- Huyo. - No vió la necesidad de mentir.
¿Pa' qué?
- ¿De quién?- Le pregunta ahora Zenda.
Eileen se sienta en el suelo, apoyando su espalda en un árbol, estirando sus piernas.
- Quienes.- Corrigió-. Y son cazadores.
- ¿Pero tú no eres una de ellos?- Le preguntaron amabas al mismo tiempo, extrañadas.
Ella las miró raro, pero decidió ignorar que lo dijeran al mismo tiempo.
- Lo soy, solo que me acusaron de algo que no hice.- Habló con amargura.
La pareja la miró dudando.
- ¿Y qué se supone que hiciste?-
- ¿No deberían invitarme a un café, al menos? Digo, porque ya tengo hambre.- Lanzó al aire, por si se tomaban su comentario en serio y la llevaban a comer.
Estaba hambrienta. Hace tres días que solo tomaba agua. Y ni siquiera fresca.
Las chicas oyeron como su estómago sonaba. No mentía. Tenía hambre. Así que asintieron y la llevarían a un café.
- Ven, que te limpio.- Le dijo Rose.
Se acercó poco a poco con precaución, y sacó de su bolso, unas toallitas húmedas, limpiando el rostro de la- Según su punto de vista- niña.
- Toma, así no llamas tanto la atención.- Zenda le pasó con una sonrisa, su chaqueta de cuero.
Eileen se la puso. Sintió en su pecho una sensación de ahogo. Pero no estaba triste, o quizás si. Sus padres nunca la quisieron. ¿Porqué estás extrañas lo hacían?
- Gracias...- Susurró, pero fue perfectamente oído por ambas.
La pareja miraba sorprendida la cantidad de comida engullida por Eileen. Era impresionante que no se atragantara con un pedazo de carne.
- Bien, ¿Porqué huías?- Dijo Zenda, acercándole un pedazo de pastel de chocolate. El cual era mirado con amor por Eileen.
- ¿Me estás chantajeando? - Les pregunta, pero sin dejarlas hablar nuevamente, contesta-. Porqué es un método muy efectivo.
Comió un gran bocado, dejando chocolate en su rostro.
》Porqué me acusaron de traición.
- ¿Y a quiénes se supone que traicionaste?- Le pregunta con intriga Rosalie.
- A mis padres-. Respondió con simpleza y cierto tono de odio, que fue captado por las féminas.
- ¿Y a ellos, qué....?-. Zenda fue interrumpida por Eileen.
Por supuesto, mientras se metía otro bocado de pastel a la boca, con cero elegancia y mucha hambre.
- Los mataron, una familia de hombres lobo-. Distinguían en su voz, algo de...¿alivio?
Rosalie y Zenda la miraron con tristeza, pero el semblante de la chica frente a ellas no era de pena alguna. Más bien de tranquilidad.
- Lo siento mucho, debió ser muy duro para ti-. Habló Rose con empatía.
La risa que salió de los labios de Eileen las desconcertó. Estaba llena de verdadero alivio, y gracia. Aunque cierto tono de amargura se lograba distinguir.
- ¿Qué dices? Se lo merecían. Y ojalá lo hubiesen hecho antes-. Habló, refiriéndose al asesinato de sus padres, dejando en shock a las mujeres.
No podían creer lo que salía de la boca de la niña.
Acaso...¿Ella estaba feliz de que asesinaran a sus padres?
¿Qué tan cínico podía ser eso?
¿Qué tan cínica y demente era esa niña?
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Siento mucho la demora, ¡Estuve fuera de casa por bastante tiempo!
¿Qué opinan de Eileen? ¿Creen que sea tan buena como aparenta?
¡saludos!
Atte : Lucerna_Stella.
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Mi Loba © *En Edición*
Fanfiction| ꜱ ᴀ ɢ ᴀ | ᴀ ᴍ ᴏ ʀ ᴠ ᴇ ʀ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ ʀ ᴏ {1} | Zenda regresa a Forks, particularmente con su familia, los Quileutes. Una cosa lleva a la otra, y esta se encuentra en el instituto de Forks, dónde va la familia Cullen. Gracias a ello y a las no tan c...