La vida de Zenda y Rose, no podría haber cambiado más. Desde aquel día en donde decidieron llevar consigo a Eileen, nada volvió a ser igual.
Dos años pasaron, y ¿Quién lo diría?, Rosalie por fin cumplió sus mayores sueños luego de su extensa e inmortal vida: Ser madre, y casarse con la persona que más amase, y que esta la amara con locura.
Vaya que jamás lo espero.
Desde el día en el que conoció a su esposa- Diablos, que bien suena eso- supo que su corazón había sido robado. Pero cuando vió a Eileen, algo en ella creció. Como si de un corazón aparte creciera. Vió en ella a una hija, a aquella pequeña que siempre soñó tener, pero que parecía jamás lograr tenerla.
Era una locura. Tenia el cabello rubio como Rose, y la actitud rebelde y juguetona de Zenda. Parecía más hija suya que de otras personas. O al menos así lo sintieron ambas. Que no pudieron evitar formar un lazo fuerte e inquebrantable con...su hija.
Porque en eso se convirtió. Quizás, siempre fue destinada a serlo.
Todo parecía estar tan perfecto, que tuvo que haber problemas. Estaban viviendo en Italia aún. Pues tenían una casa allí, y era el lugar en donde había nacido y crecido su hija, así que les pareció correcto quedarse allí por bastante tiempo. Hasta que los cazadores llegaron a destruir su paz.
Eileen había sido maltratada física y psicológicamente por los que fueron sus padres, toda la vida. Las golpizas brutales eran pan de cada día, y absolutamente nadie la defendió en la sede de cazadores.
Cuando un grupo de hombres lobo apareció para hacer venganza en contra de ellos, Eileen no hizo nada. Con su poder hubiese logrado detenerlos en un segundo. Pero no lo hizo. No sintió culpa, ni dolor cuando sus padres fueron asesinados sádicamente frente a ella. Por ello, fue exiliada.
Pero al parecer los cazadores se cansaron de ser tan buenos con ella, y decidieron que luego de dos años, en donde la vida de Eileen había cobrado un sentido, y era feliz, era un buen momento para iniciar una caza contra ella. La querían muerta, y eso no ocurriría jamás. No con Rose y Zenda a su lado.
Por lo que decidieron que era el momento de volver a casa. A Forks.
Allí estaban sus familias, quienes las ayudarían sin pensárselo dos veces. Así que no lo dudaron, debían irse.
Cuando se lo dijeron a Eileen, esta se entristeció un poco, pues allí tenía uno que otro amigo a quienes amaba. Pero estaba muy feliz de poder conocer a su nueva familia.
Había hablado un par de veces con ellos, pero en verdad hablaba más con Jake, el hermano de su má.
Algo dentro de ella le decía que le estaban mintiendo. Y si hay algo que Eileen odia más que a nada, son las mentiras. Le parecen un acto imperdonable, pues cree que la verdad va ante todo.
Así que cuando subieron sus cosas al automóvil, no dudo en aclarar eso. Y por los rostros de sus madres, esperaba estarse equivocando.
- Saben que no me agradan las mentiras, ¿No?-. Pregunta, mientras acomoda sus auriculares conectandolos a su teléfono móvil.
Zenda y Rosalie se miraron con culpa pinchando en su interior. Pero eso era lo mejor.
- Por supuesto que lo sabemos, pequeña demonio-. Le contestó Zenda, con el apodo que le tenía.
Cada vez se sentían peor al mentirle. Pero no se comparaba con lo que Eileen sentía al saber que le estaban mintiendo.
- Oh, bueno. Creo que me equivoqué, aunque no les perdonaría eso, que me mientan-. Les dejó en claro-. Porque las amo, ¿Saben?
Ja, la manipulación. Todo un arte para conseguir la verdad.
- Y nosotras te amamos a ti, Le. Lo sabes. Más que a nada en el mundo-. Le dijo en su usual tono dulce y maternal, Rose.
Eileen suspiró, quizás solo estaba sacando conclusiones erróneas, y formando ideas tontas en su cabeza. Sus madres no le harían eso, no le mentirían así, ¿O sí?
- Lo sé, y yo a ustedes-. Dijo con sinceridad, haciendo sonreír con ternura a sus madres-. ¡Me pondré los cascos, no me hablen porque no las oire!
Zenda rodó los con una sonrisa. Esa niña vivía oyendo música. Le recordaba a ella cuando tenía su edad.
- Todo saldrá bien, lobita-. Le habló la fémina a su lado, tomando su mano.
Zenda la miro con la misma adoración como el primer día. Su amor crecía día con día. Firme y feliz. Diablos que se sacaron la lotería.
- Con ustedes, ya lo creo-. Le sonrió Zenda-. Te amo, mi rubia.
Rose dejó un beso corto en los labios de su esposa, antes de partir al aeropuerto.
- Y yo a ti, mi lobita.
Y así, partieron a su hogar una vez más. Solo que allí, pueden haber más problemas que soluciones.
Fin.
¿O no?
¡I M P O R T A N T E L E E R!
¡Hola criaturitas del bien!
Les quiero agradecer por todo el apoyo que cada día incrementa más y más, a esta historia. En verdad, no puedo dejar de agradecerles, sus comentarios positivos y su apoyo, me llevan de alegría ♡
¡HAY SEGUNDA PARTE! En mi perfil, encontrarán el primer capítulo de la segunda parte de esta historia.
La segunda parte, se tratará más que nada sobre la vida de Eileen al llegar a Forks, ¿Qué nos espera?
La historia se llama: Hunter's Blood.
Me gustaría que le den su amor y apoyo, así yo seguiré subiendo capítulos ♡
Les quiero dejar en claro, que debido a la especie de Eileen, hay algunas...situaciones, que ocurren quizás demaciado pronto para ustedes. Pero no es así, al menos no para ella.
También, les comento, que estaré subiendo en cuanto pueda los capítulos de la Luna de miel y algunos otros de los momentos más bellos de esos dos años de nuestras protagonistas junto con Eileen.
Una vez más, ¡Gracias por todo!
Y para no perder la costumbre...
¡No olviden votar y comentar si les gustó el capítulo!
Saludos ♡
Atte: Lucerna_Stella.
PD: Recuerden que no es un final 100%, al menos no todavía.
Aún faltan subir los capítulos extras♡
(Toda la historia de Eileen, y cualquier duda que tengan sobre ella o su especie., serán respondidas el la otra historia)
¡besos!
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Mi Loba © *En Edición*
Fanfiction| ꜱ ᴀ ɢ ᴀ | ᴀ ᴍ ᴏ ʀ ᴠ ᴇ ʀ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ ʀ ᴏ {1} | Zenda regresa a Forks, particularmente con su familia, los Quileutes. Una cosa lleva a la otra, y esta se encuentra en el instituto de Forks, dónde va la familia Cullen. Gracias a ello y a las no tan c...