2/ Caras pálidas 🐾

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En cuanto me cruce con esa idiota, le romperé la cara, Jake.

Una semana. Eso tardaron en contarme todo lo que sucedía por aquí.

¡Y vaya que pasan cosas!

Me enteré tanto de la vida de ellos, como de los vampiros y de mi hermano.

Por ejemplo, hubo una guerra contra  neófitos - Cosa que me enojó, ya que no me avisaron y Jake salió herido - y allí uno de los vampiros del clan Olímpico halló a su compañera, quien resultó ser una de los neófitos.

¿Qué es lo interesante de esto?

Pues que este era un tal Edward Cullen, quien tuvo esa batalla para salvar a
su ahora, ex novia, Bella Swan.

O como yo la llamo, Bella malparida Swan.

Sí, no estoy muy orgullosa de ello. Pero tiene un porqué.

¿Porqué? Por que la muy maldita, después de hacerle el drama del año al chupasangre que tenía de novio, busca consuelo en mi hermano.

¡Solo juega con él!

Esta dolida por el cara pálida aquel, y mi cachorro es quien saldrá con el corazón roto por esa estúpida.

Así que ahora que estoy llegando en mi moto al instituto, voy a buscar a esa chica y le voy a dejar claro que con Jake nadie juega. Nadie.



Narradora.

Todos dirigen miradas curiosas a una moto que llegaba, y se estacionaba en uno de los lugares del aparcamiento.

En especial, cierta familia, que sintió el olor a perro mojado que solían portar los cambia formas.

Pero ellos se preguntaban: ¿Qué hacía un perro allí?, cuando ellos solían ir a la reserva.

Con una habilidad envidiable, Zenda bajó de su moto, y se sacó el casco. Movió un poco su cabello de lado a lado, y se dió la vuelta.

Notó que la miraba todo el instituto, pero, ella amaba tener entradas triunfales. ¡Vamos! Se veía genial.

Colgó su casco en su brazo, y comenzó a caminar con sonrisa maliciosa, un caminar seductor despampanante, e imponiendo.

Si algo caracteriza a Zenda Black, era su imposición, esa fuerza en su mirada que te obligaba bajar la tuya. Imponía en cuanto notabas su seguro y despreocupado caminar.

Una llamada la hizo detenerse en el medio del lugar, donde la acechaban y miraban como si fuera lo más maravilloso que hayan visto en sus vidas.

Y es que sí, Zenda era preciosa. Tenia ese tono de piel bronceado y brillante, junto a su sedoso cabello, y sus oscuros e intimidantes ojos, donde bailaba una chispa de burla. Siempre. Tenía ese no sé qué,  que lograba destruirte con solo dos palabras.

Quizás si decía tres, podrías llorar.

Bufó molesta al darse cuenta de que Jake era quien arruinó su entrada triunfal. Sin embargo, atendió.

- Jacob Black, más te vale por tu integridad física,  decirme el porqué interrumpiste mi entrada fabulosa-.Comentó la mayor con cierta molestia.

A lo lejos, los vampiros oían atentamente la conversación. Más cierta rubia, que supo en aquel momento de donde provenía el olor a bosque que tanto la había embobado.

Diablos, mataré a Alice- Pensó con enojo. ¿Una - Literalmente- perra sería su compañera de vida?¿En serio?

- No quiero que insultes o molestes a Bella, Ze.- Pidió serio el Black menor.

Los Cullen fruncieron el ceño con extrañeza, y Zenda sonrió burlona, aunque él no pueda verla.

- Y no lo haré. -.Le aseguró.

Jake se desconcertó, ¿Acaso su hermana no detestaba a Bella?

- ¿No? - Preguntó inseguro.

- Claro que no...Ya quisiera ella que yo hiciese eso. Solo voy a partirle la nariz a la desgraciada aquella. En cuanto me cruce con esa idiota, le romperé la cara, Jake.

y ahí está la Zenda que conozco -.Pensó Jake.

- Zenda Black, maldición, no hagas nada-.Hablo serio. Sabia perfectamente y de primera mano, que ella era muy capaz de hacer aquello.

- Primero: No maldigas Jacob Black, y segundo: yo haré lo que se me dé la regalada gana, yo soy la mayor, recuerda tu lugar cachorro-. Exclamó con burla.

Mientras a lo lejos, Emmet se partía de la risa al oír el bufido del lobito.

- Vamos Zeze, por mi, te lo ruego...porfis, porfis, porfis...- Y si algo podía contra ella, era su hermano. Ella hacía todo por el bien de él, pero él no lo entendía.

- ¡Ya, está bien! Eres un cachorro muy malcriado, Jake.- Se rindió, rodando los ojos.

- No me digas cachorro -.Bufó él, mientras ella comenzaba a caminar, y un olor a muerto llegó a sus fosas nasales, logrando una mueca de disgusto.- Hoy te buscaré  yo, ¿Sí?

- No seas idiota, Jake, vine en mi moto. ¿Acaso no te diste cuenta? Tarado.- Le dijo burlona, mientras recorría el lugar con su mirada, hasta que los encontró.

Era obvio que eran ellos, seis adolecentes, extremadamente blancos, con ojos dorados, y olor fétido.

- Bien, bien. Igual pasaré por allí a la salida.

Ella frunció el ceño, en señal de enojo.

- Seguro es por esa escuálida deprimida, ¿no?- En ese momento, a pesar de el disgusto que tenía, Rosalie no pudo reprimir una sonrisa graciosa por la descripción de su- no tan querida- Ex cuñada.

- Basta Zen, no importa....por cierto ¿Zenda?- Dijo con tono de pregunta.

- ¿Si, Jake?-.Hablo mirando fijamente a los Cullen, intimidandolos por momentos.

- Trata de que no te expulsen, ¿Quieres?-.Dijo con tono gracioso, logrando su objetivo de molestar a Zenda.

Ella volvió a respirar al oír que sólo era eso.

- ¡Oh, cierra el hocico Jacob! ¡O iré a casa y te patearé tu peludo trasero!

- Oh, sisi, Sam me llama, adiós.- Dijo con rapidez, sabiendo que si seguía allí, ella iría en verdad.

- Jacob Black no te atrevas a cort...¡Maldito niño!- Exclamó frustrada.

Siguió caminando, sólo que con la cara distorsionada en una mueca de enojo.

Que Jacob le ruegue a todos los Dioses, que su hermana esté de mejor humor cuando él llegue.

Sino, se volverá una alfombra.







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960 palabras.

¡Próximamente Más capítulos!

Saludos♡

Atte: Lucerna_Stella.

Mi Loba © *En Edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora