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PAUL

Los meses habían pasado. Rápidos, como si los días pasaran a la velocidad de un Ferrari.

El invierno se acercaba. Mi primer invierno sin Patricia. Meses antes se marchó, me fue arrebatada y ni siquiera tuve la oportunidad tan siquiera de despedirme.

No había rastros, no había pistas, ¿Quién fue? El misterio no ha sido resuelto aún, ¿O si?

Tenía pocos días sin saber nada de mis nietas, ¿Estarán bien? Se que sí, son fuertes y pueden con cualquier cosa.

La noche cada vez era más oscura, la luna poco se veía durante la velada. Las sombras de las ramas secas le daban ese toque escalofriante a la parte trasera de la casa. La taza de chocolate caliente duraba poco gracias al frío.

Desde hace pocos meses, dos para ser más exacto, he sentido que alguien me sigue, que alguien en algún momento vendrá por mí. Doy vueltas por la casa en la noche antes de dormir para verificar que todo esté bien.

Puedo ser viejo y lento tal vez, pero inteligente no he dejado de serlo. Tengo algunas trampas colocadas en toda la casa, para cualquier cosa.

—En algún momento estarás loco, siempre te preocupas por toda esa seguridad pensando en que alguien vendrá y nos hará algún tipo de daño.

—Conoces muchas cosas de mí. Tú sabes dónde he estado, en los términos que todo acabó, en algún momento todo eso pasará factura.

—Ha pasado mucho tiempo, Paul. Si es de pasar algo, ya hubiese sucedido.

—No es de esa forma que ellos actúan.

Patricia pocas veces creía en cosas que le refería sobre el tema, siempre creyó que todo estaba bien y que nada más iba a pasar. Pero conozco todo, conozco la forma en cómo trabajan, y por eso prefiero estar preparado.

Terminé mi recorrido por la zona exterior de la casa y decidí entrar. Cuándo estaba a punto de cruzar la puerta hacía adentro, el crujido de unas ramas secas en un lateral de la casa llamó mi atención.

—¡¿Está alguien por ahí?! —Pregunto, pero no obtengo ninguna respuesta.

Podía escucharse el sonido del viento y algunos animales nocturnos, solo eso y nada más. Podía sentir a alguien mirándome, pero no lograba ver nada, estaba muy oscuro y tampoco era tan estúpido cómo para acercarme lo suficiente.

Me quedé unos segundos más y finalmente entré. Cerré la puerta con seguro y dejé las llaves sobre la isla de la cocina.

Abrí la nevera, saqué un jugo de naranja y tomé un vaso de la alacena. Me serví un poco del jugo y me senté en uno de los bancos de la isla.

A pesar de haber sobrevivido todos estos meses sin Patricia, no había un momento para no extrañarla, cada día me hacía falta. El compartir tantos años de mi vida con ella me hacía sentir así, pero también por otra parte me sentía tranquilo y era consciente. Solo estamos de paso en esta tierra, en este lugar, no somos ni seremos eternos. Todo en algún momento se termina, todo en algún momento acaba.

Tal vez me sentía un poco solo, las niñas también de fueron. No conozco exactamente la razón, tampoco sé que sucede, pero prometieron decirme y seré paciente y voy a esperar el día que ellas regresen y lo hablen conmigo.

Lo que sigue estando en mi cabeza fue una de las cosas que me dijo Delilah antes de irse también... “No todo es lo que parece, hay algo más escondido detrás de todo esto" ¿Realmente que quiso decirme?

Siento que toda esta situación sobre el asesinato de mi hijo y que ellas también se hayan ido tiene que ver con algo, no todo es causalidad. Aveces estoy impaciente en que regresen, y tampoco quiero preguntarlo por teléfono.

Todo Este Tiempo Fuiste Tú © ✔️ (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora