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NATALIE

Bastian y yo habíamos ido por unas hamburguesas cuándo tomamos el desvío en el que ya no podíamos seguir el auto dónde iba Alice para evitar sospechas. Decidimos ir por unas hamburguesas para todos y luego iríamos a la cabaña.

La llamada de mi hermana hizo que tomáramos prisa en llegar a la cabaña. No creímos que todo fuese a tomar ese rumbo, que el plan fuese a desviarse un poco. No se desvió como tal, pero sucedió algo que no estaba planeado, una Alice lastimada. Creo que en algún punto todos teníamos el temor de que eso sucediese, pero la verdad es que no estábamos preparados del todo.

Apenas Bastian estacionó el auto, yo salí disparada hacia la cabaña para asegurarme que Alice estuviese del todo bien. Es mi amiga, me ha brindado confianza y me ha apoyado, Dios, incluso en esto me ha apoyado.

Entre y la ví acostada sobre el pequeño mueble, un adhesivo en su hombro y su rostro se notaba un poco calmado. —Oye, aquí estoy. —Le digo mientras coloco una de mis manos en su hombro sano.

—Nat, llegaste. —Me dice ella e inmediatamente me abraza.

—Perdón por esto, por hacerte pasar estas cosas. —Le digo e intensifico nuestro abrazo.

Ella me libera y hace que quede frente a ella, las facciones de su rostro se notaban mucho más porque su cabello no estaba sobre su cara, sino que esta vez estaba totalmente peinando hacia atrás. Su rostro pálido y perfilado encajaba perfectamente con sus ojos marrones. —No tienes que pedir perdón por nada, —Comienza diciendo— Nadie me obliga a hacer esto, lo hago porque quiero. No tengo nada que perder, solo los tengo a ustedes y nada más.

—Siempre nos tendrás. —Ella debe ver su vida difícil. No tiene a nadie y tampoco puede contar con alguien más que nosotros, creo que de todos nosotros es quién más necesita apoyo, ayuda y comprensión. —Los otros, ¿Dónde están? —Le pregunto.

—En la habitación, Eycam quería hablar con tu hermana. —Me responde y se recuesta nuevamente sobre el mueble.

Me levanto y me dirijo a la habitación, espero no interrumpir nada. Toco la puerta e inmediatamente fue abierta. —¿Dónde está? —Pregunto.

Eycam fue quién respondió, sus ojos de colores distintos me veían fijamente. Se encontraba sentado en un pequeño sillón y sin camisa. —Muerto, y desaparecido. —Me responde y muestra una sonrisa dejando ver sus perfectos dientes— No lo verás nunca más.

No se cómo todo esto le podía divertir, desde que lo conozco ha sido así, siente diversión al hacerlo, lo disfruta y le causa placer, ¿Él es normal? Estoy seguro de que no. Era un asesino serial, está totalmente loco. Pero no lo juzgo ni lo señalo, fue bueno conmigo dentro de lo que cabe y nos ayudó a mí y a mí hermana de lo que creo que por nuestra cuenta no haríamos.

—Esperemos un poco más para ir por nuestro último objetivo. —Le digo.

El se levanta y camina hacia mí. Debo levantar la mirada, es mucho más alto que yo, e intimidante también algunas veces, como esta. —¿Esperar? —Me pregunta mientras acerca su rostro hacia el mío— Ahora más que nunca tengo ganas de matar. —Termina por decir y me rodea para salir.

Mi hermana se levanta de la cama y camina hacia mí. —Controlalo, por favor, —Le digo—Eres la única que puede hacerlo.

Ella clava sus ojos de color verde oliva y me responde. —Está en un trance en el que es difícil de controlar, le dolió que lastimaran a Alice, —Me dice y da un largo suspiro— Haré lo posible para detenerlo un poco.

—Si, inténtalo por favor. No porque quiera renunciar a todo, o porque tenga miedo, lo hago justamente por Alice y lo que pasó hoy.

Delilah me abraza y acaricia mi espalda. —Haré lo posible, hermana.

Todo Este Tiempo Fuiste Tú © ✔️ (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora