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NATALIE

Despierto, tengo la garganta seca. Veo el reloj sobre mi mesa de noche, 09:23pm, debí haber pasado mucho rato dormida, recuerdo que antes de perder la conciencia se apreciaba el atardecer, lo que había dibujado mi hermana hizo que quedara inconsciente, no sé cómo hizo para dibujar al sujeto de mis pesadillas, seguramente la persona que asesinó a Mark, tenía que hablar con ella, saber que hizo que ella dibujara al sujeto.

Al estar mas despierta y consciente un aroma familiar invade mi nariz, me volteo y encuentro a Bastian a mi lado dormido. Con la poca luz que se cola por los ventanales aún puedo admirar sus rasgos faciales a la perfección, ese rostro juvenil perfilado con labios rosados, cejas pobladas y largas pestañas.

Paso mi mano por su mejilla fría y el abre los ojos. —¿Te encuentras bien, pequeña?

Esos ojos color miel que tanto me encantan me cautivan una vez más.

—Lo estoy, descuida. —le digo— ¿Como te enteraste?

—Bueno, Delilah me llamó. —suspiro— ¿Que te ha estado atormentando Nat?

Yo aún no le contaba de las pesadillas, no lo había visto para ser exacta. Las notas se habían detenido, pero comenzaron las pesadillas.

—He estado teniendo pesadillas. —el aún con la mirada fija sobre mi como si necesitara que le dijera algo más— no sé si sea una mala jugada de mi mente pero el asesino ha estado apareciendo en mis sueños.

—¿Como sabes que es el asesino?

—Es que... Su voz en los sueños se me hace muy familiar, tiene su rostro cubierto y es como si el quisiera hacerme daño o lastimarme.

—Algunas los sueños intentan decirnos cosas —pausó— o algunas veces nos dicen cosas que son ciertas.

Tal vez el tenía razón, pero me acordé que no lo había visto decidí cambiar la conversación.

—¿Por qué no supe cuando te fuiste por la mañana? —le pregunté.

—Te vi dormida profundamente y no quise despertarte.

—¿Y en la universidad por qué no te vi?

—Estaba un poco cansado por no haber dormido y decidí no ir.

—Voy por una ducha y algo de comer...

Bastian me intervino antes de terminar de hablar. —De hecho ya me iba, solo estaba esperando que despertaras.

—Pero...

—Tus abuelos saben que estoy aquí pero les dije que me iría cuando despertaras y me asegurara que estas bien. —el señaló la mesita de noche— Tomate eso, es un té que te ayudará a relajar el cuerpo y a dormir.

Tomé la taza y sí, era un té, no sé porque desconfíe de lo que dijo pero bueno, me tomé un sorbo del té y hablé. —Nos veremos en la universidad mañana supongo.

—Claro —me responde— nos vemos mañana.

El me da un suave beso sobre mis labios, luego en la parte superior de mi cabeza y sale de la cama. Cuando va camino a la puerta veo una mancha roja sobre su camisa.

Todo Este Tiempo Fuiste Tú © ✔️ (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora