Lo que la Diosa Luna ha unido, no lo separa nadie, por mucho que Luka y Sara se empeñen en ello. La pareja de mates, después del doloroso tira y afloja de dos años, terminan en lo que parece una separación definitiva. Así es mejor. Un Beta como él merece algo mejor que una Omega experta en autosabotaje como ella. Una mujer como Sara, merece algo más que un mate que la rechace. Pero, entonces, ¿por qué el destino vuelve a juntarlos? ¿Por qué la Diosa ha decidido que algo les haga imposibles de separar? Algo o más bien... Alguien. "- ¿De quién es?- Su voz suena ronca, oscura y muy pero que muy enfadada. - No es tuyo. Sara sabe que la mentira no le ha salido muy convincente. Aun así envuelve a la pequeña criatura entre sus brazos como si tratase de protegerla. A pesar de que sabe que no es necesario, por que el bebé ríe y extiende los brazos como si reconociese a aquel hombre. - Si. Si lo es.- Gruñe Luka dando un paso más hacia su mate, acortando la distancia y sintiendo ambos corazones latir frenéticos. - Lo es y me lo has estado ocultando todo este tiempo." Un pequeño cachorro capaz de cambiarlo todo.