Evito decir mi apellido, por las dudas, ya me pasó que sin querer dije mi nombre completo y unos cuántos locos me empezaron a seguir hasta mi casa. No digo que no me guste ser Scaloni, pero es horrible estar rodeada de personas obsesivas. Quizás por eso me fuí del país, pero ya era hora de volver. Lo que menos sabía era que me iba a irritar escuchar mi apellido por todos lados, pero no por mi papá, sinó porque salía de la boca de medio plantel.