Cuentan las leyendas que hay un mundo no descubierto bajo nuestros pies o sobre nuestras cabezas, donde viven las criaturas más letales, pero a la vez las más hermosas de nuestros sueños. Ese mundo que sigue sus propias leyes, que a cualquier mortal le parecerían una aberración. Muertes por venganza, por satisfacción, por poder o simplemente por aburrimiento. Un mundo que donde el más fuerte sobrevive, mientras que el débil tiene que vivir escondido. Sin embargo, en todo el caos hay leyes y dentro de los más fuertes, hay una pirámide que determina en que puesto están de la cadena alimenticia. Y casualmente, los humanos son los últimos. ¿Pensaréis que hacen los humanos en esta pirámide, pues son ajenos a este mundo? Fácil, las criaturas que habitan en Hansey si conocen la existencia del mundo humano aunque les parece tan aburrido, que ni se molestan en ver que pasa bajo o sobre sus cabezas. Hay mil diferencias entre ambos mundos, pero en una cosa ambos mundos son iguales. Nunca se cuenta la parte de la historia en la que se crea el villano.