La música ha sido lo único que me ha tranquilizado en mis fuertes recaídas. Siempre que la voz de Carl Jones acariciaba mis oídos mis ataques de pánico, temor y obsesión salían de mi cuerpo mediante la canción se reproducía. El era mi cura pero se convirtió en mi perdición el día que lo conocí en el hospital de salud mental tras una de mis mayores recaídas.