Habían pasado ya unos meses de aquella noche en que Paula le confesó a Lucía de sus sentimientos hacia Carol. La decisión de decirle a la morena lo que sentía por ella estaba tomada y tenía claro que habrían consecuencias pero estaba dispuesta a asumirlas.
Por supuesto que Paula tenía miedo de confesar sus sentimientos y mucho más de perder la relación que se había creado entre Carol y ella, pero ya no había vuelta atrás.
Paula había tenido muchos días para pensar en cómo decirle a Carol lo que sentía por ella y aunque imaginaba miles de escenarios sabía que la respuesta que obtendría de la morena no sería la que deseaba escuchar de sus labios, sin embargo, de alguna forma sentía que al decirlo estaría más tranquila y podría seguir adelante.
Hace algunas noches la rubia tuvo la idea de invitar a Carol a su casa con la excusa de ver juntas algunos regalos que les habían llegado de las fans, pensó que era una buena idea, además, a ambas les emocionaba ver todo lo que recibían con tanto cariño. El plan era perfecto pero aún así no dejó de darle vueltas en la cabeza hasta el punto de no poder dormir, tuvo varias oportunidades en el set de grabación de invitar a la morena, pero siempre se arrepentía en el momento, hasta que una noche cogió el móvil y después de escribir y borrar varios intentos de mensajes por fin envío uno.
-¿Aún estas despierta?
-Sí ¿Estás bien?¿Pasa algo?
-Mira...
El mensaje incluía una foto de los obsequios que Paula tenía sobre la mesa.
-¡Que guay!
-Hay algunos para ti
-Me estás engañando
-Que no, que no, tienen tu nombre.
-No me lo puedo creer
-¿Puedes venir mañana a mi casa y los vemos juntas?
-Me parece genial, ya quiero que sea mañana y estar contigo para verlos...
-Entonces te veo mañana
-Paula, ¿de verdad estás segura de lo que vas a hacer? -.Decía Lucía al observar cómo se arreglaba su amiga.
-¡Que si Lucía! -exclamaba la rubia mientras terminaba de peinar su cabello.
-Pero mírate, ¡estás preciosa tía! -.Lucía tomó de la mano a Paula y la hizo girar para admirar lo bonita que estaba.
-Sé que piensas que es una locura, pero dime ¿no es mejor arriesgarse a quedarse siempre con la duda de lo que pudo pasar?
Lucía levantó los hombros en señal de no saber qué contestar y en su rostro se dibujó una sonrisa. Paula tomó un cojín de la cama y lo lanzó en dirección a su amiga.
-Lu, deja de verme con esa cara de angustia, ya lo hablamos muchas veces, me dijiste todas las posibilidades de lo que puede suceder, y sí, en todas salgo perdiendo, pero sabes Lu, por lo menos mi corazón estará tranquilo, tal vez destrozado, pero tranquilo y dejaré de atormentarme.
-¡Pues será mejor que me vaya! -. Lucía miró la hora en el móvil, Carol estaba por llegar así que se despidió de su amiga -¡Suerte con tu locura!- dijo con una sonrisa pícara antes de desaparecer tras cerrar la puerta.
Paula se sentó en la cama, miro la pantalla del móvil, faltaba poco para que Carol llegase. Su corazón comenzó a latir tan rápido que se llevó la mano al pecho para tranquilizarse.
Tocaron a la puerta, la rubia corrió para abrir,
-¡Hola!-. Recibió a Carol con un beso en la mejilla y un abrazo. El saludo fue tan cálido, cuando sus mejillas se rozaron Paula sintió aquella piel que la volvía loca con tan sólo un roce y el aroma exquisito de su cabello rizado provocó un relámpago electrizante que recorrió todo su cuerpo. Trato de ocultar a su compañera todas aquellas sensaciones y extendió la mano para indicarle que pasara.-¡Pau, que guapa! -la morena no pudo evitar admirar lo bien que se veía su amiga, llevaba un vestido con un estampado de flores, unos tenis color blanco y su cabello caía de una forma tan delicada en los hombros que la hacía ver muy sexi.
Las dos chicas se sentaron en el piso para mirar todo aquello que sus fans les habían enviado, estaban muy emocionadas. Cuando terminaron de abrir los regalos comenzaron a leer las cartas, se sorprendieron al recibir aquellas historias, no podían creer el impacto de los personajes de Luisita y Amelia.
Cuando terminaron de leer las cartas, Paula no pudo contener el llanto, Carol rozó su mejilla para limpiar una lagrima y unió su cuerpo al de su amiga en un abrazo. Cuando la morena intentó darle un poco de espacio la rubia la detuvo y le susurró al oído -No te alejes, todavía no -Carol, la tomó nuevamente entre sus brazos, pensó que aquellas historias de amor y esperanza la habían puesto un poco sensible.
Cuando Paula estuvo un poco más tranquila, dejó los brazos de Carol, se limpió las mejillas y dio un suspiro. Era el momento de sincerarse con la morena.
-¡Carol, tengo miedo!
-¡Cariño, no tienes por qué temer! -. Tomó las manos de Paula y las acarició tiernamente para tratar de calmarla, no sabía muy bien lo que sucedía , estaba algo confundida.
-Es una locura, pero ya no puedo seguir ocultándolo.
-¿Pero de qué hablas? -. Exclamó Carol algo intrigada por el camino que había seguido aquella plática.
-Carol, me he repetido una y otra vez que no puedo y no debo sentir lo que siento, he intentado convencerme día a día con mis propias palabras que es una locura, pero ya no puedo seguir fingiendo-. Paula alejó sus manos de la chica, se levantó del piso y se sentó en el sofá. La morena estaba aún más confundida con todo lo que escuchaba. Siguió a la rubia y se sentó junto a ella.
-Paula, de qué hablas, no te estoy entendiendo.
-Carol, que no se qué me pasa contigo, o sí que los sé, pero...-. No terminó la frase cuando la morena la interrumpió.
-Paula, de verdad no sé qué te pasa, puedes calmarte y decirme qué es lo que te sucede.
Las dos chicas se miraron, Carol se acercó y quitó el cabello rubio que cubría la cara de Paula, tomó su mano con fuerza para brindarle seguridad y tratar de que se calmara.
-¡Estoy enamorada!
-Pau...-. No pudo terminar lo que iba a decir porque la rubia continuó hablando.
-¡Estoy enamorada de ti Carol!
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Nuestro secreto
FanfictionCuando dos almas gemelas se encuentran en el momento equivocado.