Que nadie se entere

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Después de aquel encuentro entre Carol y Paula donde ambas de alguna forma se sinceraron  con lo que sentía la una por la otra estaba claro que dejaban una plática pendiente.

Paula aún estaba dormida cuando escuchó que llamaban a la puerta, miró el reloj, eran las siete de la mañana, no podía creer que alguien en domingo estuviera despierto a esa hora. Cuando abrió se sorprendió al ver a Carol.

-¡¿Uffff, Carol qué haces aquí tan temprano?!-.Dijo la valenciana mientras intentaba arreglar un poco su cabello.

-Lo siento, salí a hacer un poco de ejercicio y de pronto estaba aquí, frente a tu puerta -. Exclamó Carol un poco nerviosa y confundida, no estaba del todo segura qué hacía en la casa de Paula.

-No, no, tranquila, no tienes porque disculparte, me alegra que estés aquí.

-¿Aunque te haya despertado a las siete de la mañana en domingo? - le dirigió una mirada juguetona a la rubia.

-Vaya, viéndolo así-. Paula soltó una risa aún adormilada.

Las dos chicas se sentaron a la mesa, la rubia servía café y no podía evitar dejar de ver lo bien que lucía Carol con su ropa deportiva, "¿Por dios, habrá algo que no le quede bien?" pensaba Paula. Sin percatarse se mordió el labio inferior cuando la morena descubrió que la miraba.

-Pau...-. Dejó inconclusa la frase porque la valenciana rápidamente comenzó a hablar.

-Ya sé porque viniste, no tienes que decir nada, olvida lo que  pasó ayer, de verdad, tal vez nuestra relación cambié un poco, pero te propongo que nos enfoquemos en lo laboral y ya está-. Dió un sorbo a su taza de café para apartar su mirada de los ojos de Carol. "¡Enserio estás diciendo esto Paula!", se recriminó una y otra vez por las palabras que salían de su boca.

-¡Por favor para, para! ¿puedo hablar?- Carol levantó una mano-. No voy a olvidar nada de lo que pasó ayer le aseguró.

-Carol, tú compartes con alguien tu vida y yo de ninguna manera quiero entrometerme en esa relación, hasta ayer estaba dispuesta a todo por ti, pero...-. Paula se levantó de la mesa, caminó hacia la salida con los ojos llenos de lágrimas, abrió la puerta y le indicó a Carol con la mirada que estaba dispuesta a dejarla ir.

La catalana estaba asombrada, no podía creer lo que sus oídos estaban escuchado, ayer Paula le declaraba su amor y hoy le decía que olvidara todo para que sólo se enfocaran en lo laboral. Sentía que la sangre le hervía por dentro, de ninguna manera iba a dejar las cosas así. Se levantó de la mesa, siguió los pasos de la rubia, cerró la puerta y al tenerla en frente tomó entre sus manos su rostro humedecido, tocó su nariz con la suya de una forma tan delicada que provocó que cada una de las terminaciones nerviosas del cuerpo de la valenciana la desearan más que nunca. -Carol, no lo hagas aléjate, por favor, no podré con esto- pensaba Paula.

La morena no se contuvo y besó a Paula, no podía parar de besar aquellos labios tan apetecibles, el beso subió de intensidad cuando sus lenguas se hicieron partícipes del juego tan excitante del momento. Ninguna quería parar, Paula llevó a Carol hasta la mesa, se escuchó el ruido de las tazas de café romperse en el suelo, a ninguna le importó, la catalana estaba en el borde de la mesa, se sentó sobre la madera para no caerse. Paula separó unos milímetros su boca de los labios de Carol, colocó un dedo debajo de la barbilla de la catalana y levantó su cara, en ese instante sus miradas se cruzaron y ambas tuvieron claro que no hacía falta hablar, todo estaba muy claro, el deseo, el amor y el miedo que sentían eran mutuos.

La valenciana le dedicó una sonrisa enternecedora pero provocadora a Carol, "Joder Paula, esa sonrisa tuya me hace desearte más". La rubia le hizo a un lado el cabello que cubría el cuello y comenzó a besarla debajo del oído, Carol sintió tanto placer que dejó escapar un gemido, Paula se acercó un poco más y le susurró "Que nadie se entere". Al escuchar aquellas palabras Carol buscó los labios de la valenciana y antes de besarla repitió las mismas palabras de su chica "Que nadie se entere".

Nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora