La historia de Luisita y Amelia cada vez era más intensa en el rodaje de Amar es Para Siempre, los personajes se habían declarado su amor y ahora vivían un tierno romance.
Para Paula cada escena con Carol representaba un reto, mucho más cuando de besos o caricias se trataba, estar junto aquella chica y ser su novia en la ficción era un sueño.
Amelia estaba en uno de los pasillos del hotel la Estrella, tarareaba una melodía mientras limpiaba los floreros que adornaban las mesas del lugar.
Luisita entró al hotel cuidando que nadie la viera, no le fue difícil encontrar a su novia, cuando la vió se escondió detrás de la pared para no ser descubierta por la morena, su corazón latía de prisa, no sabía muy bien qué hacer. Caminó despacio, tratando de no hacer ruido, cuando estuvo lo suficientemente cerca sus brazos rodearon por la espalda la cintura de Amelia, lentamente retiró los rizos que cubrían su cuello y le fue dejando pequeños besos.
Amelia se estremeció al sentir los besos húmedos que le iba dejando Luisita en el cuello, era tal la necesidad de encontrarse con los ojos de Luisita que se giró para tomar entre sus manos la cara de la rubia, al coincidir sus miradas una sonrisa juguetona se dibujó en sus rostros , la morena comenzó a recorrer con su dedo los labios de Luisita.
-Amelia, tus ojos, ¿por qué no puedo dejar de mirarlos? y tu boca, tu boca...
-Mi boca necesita tus besos...- le replicó Amelia mordiéndose el labio inferior.
Se sumergieron en un beso intenso, la necesidad de sus cuerpos era tal que sin dejar de besarse caminaron abrazadas hacia una de las habitaciones. Amelia empujó a Luisita contra la puerta, le quitó el abrigo, hizo a un lado su cabello rubio, se sumergió en su cuello para respirar su aroma, sus manos desabrocharon la blusa para después acariciar delicadamente los pechos de la rubia.
-Amelia... no sigas... nos van a descubrir...- decía Luisita con la respiración entrecortada por la excitación que le provocaban las caricias de la morena.
-Luisita...- susurró Amelia, -no puedo ni quiero detenerme...
La rubia también quería sentir la piel de Amelia así que fue desabrochando cada botón del uniforme que tanto le gustaba ver puesto en su chica. Se alejó un poco para mirarla y así trazar con su mano un recorrido delicado que comenzó en sus labios sensuales para seguir por la mandíbula, el cuello hasta llegar a su abdomen donde se detuvo al escucharla gemir.
El móvil sonó a las 5:30, la rubia aún estaba dormida, entre abrió los ojos, estiró el brazo para apagar la alarma. Era la primera vez que soñaba con los personajes de Luisita y Amelia.
Dió un giró en la cama para dirigir su mirada al techo, pudo sentir lo húmeda que estaba su entrepierna después de aquel sueño, el tiempo transcurría, sabía que era hora de alistarse para salir rumbo al trabajo. Se levantó de la cama, despejó sus pensamientos y quizo dejar atrás su sueño, aunque sabía que no sería posible, mucho menos después de la reacción que tuvo su cuerpo al vivir aquella escena en su subconsciente.
Hoy era un día raro para Paula, no quería ver a Carol, sentía que al mirarla se pondría nerviosa al recordar lo que hacían Luisita y Amelia en sus sueños.
Paula no percibió que mientras caminaba
por los pasillos del set de grabación Carol iba detrás suyo hasta que la morena la saludó.-¡Pau! ¿Por qué no me saludas? Qué, dormimos juntas o qué- dijo Carol con una sonrisa traviesa.
¡Madre mía, pues en mis sueños sí! Pensó Paula
-Iba repasando las líneas de las secuencias que tenemos hoy- Paula estaba nerviosa, pero logró salir de aquel dilema. Saludó a su compañera con un abrazo y un beso en la mejilla.
Paula se relajó después de aquel abrazo tan cálido, incluso pensó que el sueño de esta mañana era de lo mejor que le había pasado en los últimos días. Sin saber cómo sus pensamientos hicieron que se le escapara una risa traviesa. Carol le devolvió una mirada de intriga por no saber el motivo de aquella sonrisa, la rubia alzó los hombros en señal de tampoco tener idea y ambas se unieron en una sonora carcajada.
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Nuestro secreto
FanfictionCuando dos almas gemelas se encuentran en el momento equivocado.