Dame unos besitos

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Carol se despertó muy temprano, la alarma del móvil aún no sonaba, la emoción que sentía le impedía seguir durmiendo, estaba ansiosa por ver a Paula, se levantó de la cama, fue hacia la ventana y recorrió las cortinas, los rayos del sol aún no daban ninguna señal, miró al cielo, lo primero que sus ojos vieron fue la luna, su rostro se iluminó al recordar el significado que tenía para ella y para la valenciana en la ficción, en ese momento tuvo el deseo incontenible de tener en sus brazos a Paula para disfrutar de su sonrisa y de sus besos. Sin embargo, la ilusión pronto se difuminó cuando escuchó a su chico preguntar si todo estaba bien.

La morena salió de casa rumbo al trabajo, cuando llegó a los sets de grabación lo primero que hizo fue buscar con la mirada a alguien en especial, pero esa persona no estaba, fue al camerino a dejar sus cosas y después caminó hasta maquillaje, comenzaron a prepararla para la primera escena que tenía que rodar, mientras escuchaba la música y  la  plática de los maquillistas su cuerpo reaccionó de inmediato cuando escuchó una voz que conocía a la perfección, no podía esperar más para ver a Paula. La rubia saludó a todos los ahí presentes y se acercó a Carol para dejarle un buenos días con un beso en la mejilla. ¡Joder, mis labios necesitan besarte! Pensó Carol. 

La valenciana se sentó en la silla contigua para que comenzaran a maquillarla. Cogió el móvil y comenzó a revisar sus redes sociales. Recibió un mensaje, era de Carol, antes de leerlo miró hacia el espejo que tenían enfrente y encontró los ojos de la morena observándola, Paula le devolvió una sonrisa juguetona y sin perder un segundo más leyó el mensaje.

-Aún te debo algo...

-¿Sí?, ¿qué es?, no me acuerdo

-Los besos que me llevé el otro día de tu casa

-¿Y cuándo piensas pagármelos?

-Comenzaré ahora

-jajajajaja ¿Cómo?

-Mira al espejo

La rubia dirigió su mirada discretamente al espejo y encontró el rostro de Carol enviándole un beso. No pudo evitar sonrojarse y rápidamente volvió a mirar la pantalla del móvil.

-¿Será suficiente para saldar mi deuda?

-¡¿Qué dices?! Claro que no...

-Muy bien Carol, hemos terminado-. Dijo una de las chicas de maquillaje interrumpiendo la conversación de las chicas.

-¡Gracias cariño!-. Agradeció la morena quien se levantó y salió del lugar despidiéndose de todos.

Durante todo el día de rodaje Paula y Carol se vieron muy poco, no tenían escenas juntas. La rubia fue a su camerino, tenía unos minutos de descanso, abrió la puerta y lo primero que hizo fue tirarse en el sofá y mirar los mensajes que se había enviado con Carol por la mañana mientras las maquillaban. Cerró los ojos y recordó el beso que le mandó la morena a través del espejo y sintió una punzada en el estómago de emoción. La puerta del camerino se abrió y rápidamente abrió los ojos, la sorpresa que se llevó la rubia, era Carol, quien se aseguró de cerrar por dentro para que nadie pudiera entrar.

-¡Madre mía! Casi me matas de un susto -. Paula se sentó en la orilla del sofá con sus manos en el pecho.

- ¿En qué pensabas? -. Exclamó la morena recargada sobre la puerta.

-¡En cosas! -. Sonrió de forma provocativa.

-¿Me dirás qué cosas?-. Decía Carol mientras caminaba hacia donde se encontraba Paula.

-¡No lo sé, si me convences, tal vez te lo cuente!

La catalana se sentó junto a Paula, se acercó tanto que sus bocas estaban a tan sólo unos centímetros -Dime en qué pensabas antes de que entrara-. Rozó con su mano la mejilla de la rubia que se  estremeció al sentir la piel suave de Carol.

-En tus besos, pensaba en tus besos...

La morena sintió fuego dentro de su cuerpo al escuchar aquella respuesta, lentamente fue desabrochando  la blusa de Paula hasta dejar al descubierto uno de sus hombros, comenzó a dejarle pequeños besos desde el hombro hasta el cuello, la rubia no pudo contener su cuerpo y se dejó caer en el sillón, Carol al sentir la excitación de la chica la siguió y se recostó sobre ella. -Bésame-. Le pidió la valenciana.

-¿Quieres que te bese?-. Miró a Paula con sus ojos indescifrables y enigmáticos.

-Siii...

-Me encantan tus labios-. Dijo Carol mientras le dejaba un beso suave.

Paula no pudo contenerse más, tomó el rostro de la morena con ambas manos y la besó sin control.

-¡Paula, tres minutos, se terminó el descanso!-. Se escuchó en el pasillo.

-¡Joder!, pero si apenas comenzabas a saldar tu cuenta pendiente de besos-. Expresó Paula mirando a Carol con una sonrisa. Se levantó del sofá y comenzó a arreglarse el cabello.

Carol se sentó y miraba a Paula con una sonrisa divertida, como si le hubiera escondido un juguete a un niño.-Deja de reírte, llevo esperando esto todo el día y mira lo qué pasa. Paula iba a abrir la puerta cuando la morena la detuvo con un beso, podía quedarse ahí el resto de su vida.

-Tengo que irme-. Decía Paula casi sin poder respirar y sin desprender sus labios de la boca de la catalana.

-¡Te veré más tarde!-. Se despidió la morena.

La valenciana abrió la puerta para acudir a su llamado. -¡Pau, la blusa! -. Le señaló Carol los botones aún desabrochados.

-¡Madre mía Carol! Me haces perder la cabeza.

-Y algo más.- Murmuró la morena con una sonrisa que hizo temblar de deseo a la rubia.

Nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora