-¡Estoy enamorada de Carol!
-¡Pero Paula, valiente chica si que eres!- le dijo Lucía a la rubia con expresión de sorpresa.
-¡Ya está! Ya lo dije- exclamó Paula con cierto alivio.
-Si que tenía mis sospechas, pero no me atrevía a decírtelo así como así, prefería jugar entre nosotras con el tema.
-Pues ya vez, el juego se convirtió en realidad.
-Pau... -. Lucía no pudo terminar la frase.
-Dilo Lucía, no debí haberme enamorado.
-¡Joder Paula! No es algo que se pueda decidir así como así, pero...
-Pero... ¿pero qué Lucía?-. Los ojos de Paula estaban vidriosos, de un momento a otro las lágrimas que había contenido mojarían sus mejillas.
-Cariño, me duele decir esto, pero la persona de la que te has enamorado no te puede corresponder y lo sabes.
-¡Qué no me puede corresponder Lucía! -Paula alzó un poco más la voz-. Has visto como me mira, como me cuida, como busca el contacto con mi piel, qué significa todo eso, por favor dime Lucía.
-Bueno, si lo vemos así, creo que si tienes razones para enamorarte de ella.
-¿Y ahora que se supone que debo hacer?
-En otro escenario te diría que me parece muy guay que estés enamorada y estaría brincando de la emoción, pero ella tiene una relación con otra persona y vaya que si es una relación formal, llevan mil años juntos.
-Ya, entonces tengo que ocultar lo que siento.
-Pues ocultarlo, ocultarlo no lo has hecho, ya te he dicho que tenía mis sospechas.
-¡Joder Lucía, no me estás ayudando!
-¡Pues si yo fuera tú me lanzaba a la aventura por esa chica!
-Pues si, tienes razón, es lo que voy a hacer.
-¿Qué dices? ¿Escuché bien? Era una broma lo que estaba diciendo.
-Lo he pensado mucho Lu y creo que ella tiene que saberlo.
Lucía pensó que aquellas palabras de la rubia eran por el calor del momento, no creía que fuera capaz de decirle a alguien más lo que estaba sintiendo y mucho menos a Carol.
-¡Voy a ser valiente!-. En ese momento las lágrimas que tanto había tratado de contener Paula comenzaron a brotar sin parar. Lucía se acercó y la abrazó tan fuerte como pudo.
Después de tanto llorar, la rubia se quedó dormida en los brazos de Lucía. La chica no quizo despertar a su amiga, pensó que al menos el sueño calmaría un poco su tristeza. Se deslizó suavemente de los brazos de Paula, la cubrió con una manta y le dejó un beso en la frente.
Paula sintió la calidez en su mejilla de los rayos de sol que entraban por la ventana, abrió los ojos, tenía un dolor de cabeza horrible, miro a su alrededor, estaba en el sofá de la sala de Lucía, de forma inmediata recordó la plática que tuvo con su amiga la noche anterior, cogió la manta y se cubrió la cara. Quería ocultarse de todo.
-Señorita, la manta no servirá para olvidar las cosas-. Lucía se hizo un espacio en el sofá, y retiró un poco la manta para poder ver la cara de su amiga.
-Lo sé -. Dijo la rubia aún adormilada.
-Toma, te hará sentir mejor-. Le entregó una taza de café.
-Lu, olvida todo lo que dije ayer.
-Ya, si quieres yo lo olvido, ¿pero tú?, ¿podrás olvidarlo?
-No, no voy a olvidarlo y sabes por qué, porque es lo más bonito que he sentido por alguien.
-Pau, no me digas eso por favor, me rompes el corazón.
-Imagínate el mío cómo está.
-Oye, ¿recuerdas lo que me dijiste de ser valiente?
-Si
-¡Eres mi chica valiente, así que ya buscaremos la forma de salir de esto!
-Lucía tengo que decírselo.
-¿Sigues con esa idea?
-Necesito saber que siente ella por mí.
-Paula...
-Es lo que siento, tengo la necesidad de explicarle lo que me está pasando.
-Cuando se te mete algo en la cabeza no hay nada de que te haga cambiar de opinión, pero piensa lo que vas a hacer y mucho más en las consecuencias.
-¿Las consecuencias?
-Sí, las consecuencias Pau. Es tu compañera de trabajo, la vez todos los días y tienen otros proyectos juntas, dime, ¿crees que después de que le digas lo que sientes por ella todo seguirá igual entre ustedes?
Paula se levantó del sofá, se cubrió la manta, caminó hacia la ventana por donde se filtraban
los primeros rayos del sol, se recargó en la pared y perdió su mirada en el amanecer.
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Nuestro secreto
FanfictionCuando dos almas gemelas se encuentran en el momento equivocado.