Una señal

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Paula estaba en su camerino repasando sus líneas recostada en un pequeño sillón que brindaba a los actores un lugar cómodo para descansar tras largas jornadas de grabación. Una voz muy conocida y sexi llamó detrás de la puerta e interrumpió su concentración.

-¿Paula puedo pasar? Soy Carol.

-¡Adelante! Pasa.

La rubia se sentó y esperó a que Carol entrara, cuando la morena estuvo dentro la invitó a sentarse junto a ella en el espacio que quedaba del sofá.

-¿Estás ocupada?- Preguntó Carol al observar los guiones que llevaba Paula en las manos.
-Si quieres puedo volver en otro momento.-

-¡No,no, sólo pasaba el tiempo en algo- Paula estaba nerviosa de tener a Carol en su camerino a solas, la mayoría de las veces estaban con Lucía o Angy. -Cuéntame, qué tal el fin de semana.-

-Bien, descansando un poco en casa.

-Igual yo, arreglé un poco el jardín.

-Si, lo sé.

-¿Lo sabes? ¿Cómo, me estás espiando?- contestó Paula intrigada, en su interior quería escuchar que sí, que estaba al pendiente de ella y de lo que hacía.

Carol soltó una risa y levantó el móvil con una mano -Gracias a Instagram- dijo en tono burlón.

-Ya, las redes sociales- sonrío la rubia.

-Te he traído algo.

-¿Qué es?- la cara de Paula era la de una niña pequeña esperando con emoción a que le dieran su obsequio.

-¿Quieres saber qué es?

-Siiii, ya dime- puso sus manos en posición de súplica -por favooor- insistió.

Carol estaba disfrutando de la impaciencia de Paula, además le gustaba admirar su rostro infantil, le daba tanta ternura que sentía la necesidad de abrazarla cada vez que veía esa expresión en su compañera.

La rubia buscó como una niña pequeña en las manos de Carol para averiguar qué le había traído, pero sólo llevaba el móvil y un libro, imaginó entonces que el regalo sería el libro.

-Ya sé, es el libro que llevas en la mano.

-No, no, no es el libro- sonrió por lo perspicaz de su amiga.

-¡Ya, dime!- comenzó a picotear las costillas de la morena.

Carol no pudo con la risa que le ocasionaba aquel juego de cosquillas y soltó el móvil y el libro, ambos objetos cayeron al suelo. Las chicas detuvieron el juego para dirigir sus miradas al piso.

Paula cogió una rosa seca que había salido de entre las páginas del libro. Carol tomó los otros objetos para dejarlos a un lado.

-¿Y esta rosa?

-Ufff, Paula, esa rosa es un recuerdo- consiguió exclamar Carol algo nerviosa.

Paula colocó la flor en las manos de Carol, quería saber su significado pero al notar el nerviosismo de  su compañera decidió no hacerle más preguntas.

Carol por el contrario sintió la necesidad de contarle a la rubia aquel recuerdo, además las dos estaban involucradas en el, así que dirigió la mirada a Paula y comenzó a hablar.

-¿Recuerdas cuando Luisita le lleva una rosa a Amelia al hotel?

-¡Madre mía Carol! ¿Está rosa es esa rosa?-Paula no podía contener la emoción, no creía lo que estaba escuchando, su corazón latía deprisa -¿pero por qué la guardaste?- quizo saber la rubia.

-Ese día era la última escena que rodábamos y bueno, no podía dejar esta hermosa flor ahí en el set abandonada y mucho menos si era un regalo de Luisita.

Carol regresó la rosa dentro de las páginas del libro y lo hizo con tanta delicadeza que a Paula se le estrujó el estómago.

-Prométeme que la vas a seguir cuidando- Paula colocó su mano sobre la mano de Carol que cubría la portada del libro. La piel de ambas chicas se erizó al primer contacto, fue una sensación que les causó miedo por lo bien que se sentía.

-¡Te lo prometo!- y en señal de que cumpliría su promesa abrazó el libro contra su pecho.

-¿Y mi regalo?- reclamó Paula, estaba feliz por lo que le había contado Carol acerca de la rosa, pero no sabía si lo mejor era continuar con el tema o cambiar de prisa la platica. Eligió la segunda opción.

La morena le enseñó la lengua y le sonrió agradecida por haber terminado aquella conversación . Sacó del bolso de su chaqueta una bolsita con semillas de flores. Paula las reconoció de inmediato.

-¡Son semillas de margaritas!- el entusiasmo de la chica hizo que abrazara a Carol. Paula supo de inmediato que con ese abrazo había cruzado una línea de la que ya no podía ni quería retroceder.

-Espero que crezcan hermosas en tu jardín- le deseó Carol, quien se levantó del sofá dejando la bolsita de semillas en las manos de la rubia y un beso tierno en su mejilla.

Cuando Paula estuvo de nuevo sola en el camerino sintió un nudo en la garganta y pensó:

¡Vaya lío en el que me tienes Carol! ahora yo que hago con todas estas señales, qué significa tu recuerdo, tu regalo, tu promesa, tu abrazo...

Nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora