Capitulo 1: El secuestro del tesoro.

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Orochimaru: Escondite Oeste. 19:39 p.m

Suspiré frustrado, mirando por última vez el tubo de pruebas donde el último sujeto de experimento no había resistido la carga de sangre externa que le habíamos transferido. Había sido un buen modelo para mí siguiente cuerpo, pero su sistema inmunológico había rechazado la muestra de genes y murió de un paro cardíaco, uno de los efectos secundarios que tenía el experimento en aquellos con defensas bajas. Tampoco podía culparlo, había sido sometido a más de diez procedimiento de intervención en los últimos diecisiete días, con solo horas de diferencia entre cada una para aminorar los riesgos de muerte. Al parecer, no fue suficiente.

Miré a mi mano derecha, aquel niño que había engatuzado con artimañas y que ahora se mantenía a mi lado, siendo totalmente devoto a mí.

- Orochimaru-sama, dudo que el siguiente sujeto pase las tres primeras pruebas. Sus defensas se marcan un seis coma doce porciento menores que las del sujeto de prueba 781-N. Aconsejo buscar nuevos candidatos que no hayan sido sometidos a todas las intervenciones de investigación.- Kabuto me miró brevemente antes de acomodar sus anteojos y seguir anotando todos los datos médicos y científico de nuestro último fallo.

Con este, ya eran más de setecientos los fracasos en el condicionamiento de un cuerpo al que ambos definíamos como perfecto para que pudiese residir en él de manera permanente.
Lo complicado era que eran muchos factores, tanto de salud como de chakra, habilidades de sangre, entre otras cosas, las que influían en nuestro modelo.

Asentí, rendido por el momento y algo desmotivado, pero la sonrisa enferma jamás abandonó mi rostro. No era el final, si no el comienzo de una nueva etapa. Pronto sería de nuevo nuestra época de caza, dónde saldríamos a buscar muchachos habilidosos y que no estaban siendo bien aprovechados por las aldeas ninjas. Serían nuestros nuevos sujetos de prueba.

Decidimos finalmente buscar niños, de preferencia del sexo masculino, de cuatro a doce años como máximo. La naturaleza de chakra la veríamos despúes, al igual que las habilidades físicas en sí. Lo importante era conseguirlos, luego podríamos moldearlos a nuestro gusto con un riguroso entrenamiento.

Reí, ganándome una mirada extrañada de mi aprendiz. Esta mierda nos estaba dando más trabajo del esperado.
Sin más que hacer, decidí seguir con la experimentación de sangre y chakra.
Ahora solo quedaba esperar.

                           [...]

- ¡Orochimaru-sama!- el grito de Kabuto, quien entró apresurado al laboratorio con su capa de viaje, me desconcentró de mi trabajo.

- ¿Que ocurre? Kabuto. Estoy en algo importante.- regañé leve, regalándole toda mi atención al verlo tan agitado. Al parecer había corrido por un buen rato.- ¿Fuiste a conseguir información?- asintió, aprovechando unos pocos segundos para respirar.

- Al parecer una persona desconocida liberó al Kyubi en el centro de Konoha. El Yondaime Hokage y su esposa murieron en el ataque, se sacrificaron por su hijo.- mis ojos se abrieron con leve sorpresa por la enorme noticia, pero luego una sonrisa demasiado grande se apoderó de mi rostro.

- Eso significa que el niño lo tiene...- medité en voz leve.

- Mi espía no pudo confirmarlo, pero el zorro desapareció derrepente, minutos después de que Namikaze fuese visto con un bebé en brazos en dirección a donde estaba el Bijuu.- contestó audaz. Asentí, meditando sus palabras.

- Ellos no eran tan sentimentales, al menos Minato no lo era. Se le fué dado el puesto de Hokage por eso mismo...- fruncí el ceño por la complicada situación.

𝕊𝕖𝕣𝕡𝕚𝕖𝕟𝕥𝕖•Naruto Bad• 🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora