Me puse la tanga nuevamente en cuanto terminó, levantándome de la cama para ir hasta su espejo largo, necesitaba ver el resultado del tatuaje, levanté el polo y miré la tinta junto con la piel enrojecida alrededor de esta.
— Eres buen tatuador, creí que me dejarías terrible — asintiendo a modo de aprobación, quedó igualito al suyo— Si el tatuaje fuera menos... ¿Cómo decirlo?
— ¿inspirante? ¿Llamativo? ¿Increíble?
Parecía emocionado.
— Mmm... ¿Tosco? ¿Terrorífico?
Se enfurruñó, mirándome mal.
— Es un tatuaje increíble, tú tienes problemas a la vista.
Cruzado de brazos, mirándome con molestia.
Y puesto así, casi no pude evitar ver esos gruesos brazos sexys, se marcaban todas sus venas ¿Saben lo sexy que se ven las venas en los brazos masculinos? ¿Y saben que más tiene venas y está levantado ahora?
— No creo tener problemas a la vista, porque esto lo vi muy bien.
Acariciando sobre su pantalón por un par de segundos antes de inclinarme y tomar mi joggers, procurando levantar el culo lo suficiente para que tuviera una buena mirada, quería joderlo.
— ¿A qué estás jugando?
Pegando su pelvis a mi trasero antes de poder levantarme por completo.
— Solo te hacía ver que problemas de vista no tengo — dando un paso al costado— ¿Algún cuidado especial para el tatuaje?
— De hecho, sí, no he terminado.
Empujándome a la cama.
— Delicadeza — apoyándome en los codos— ¿Nadie te enseñó sobre eso?
— No — dándome la espalda, tomando algo de su mueble— Esta crema es para mantener el tatuaje hidratado, ponlo dos veces al día, no demasiado — deslizando sus dedos por mi piel con lentitud— y pondremos un plástico encima, botará un poco de tinta, eso es totalmente normal, podrás usarlo sin nada cuando llegue la noche.
Colocando el plástico sobre este, pegándolo con cinta después.
— Está bien, gracias.
Recibí la crema y comencé a vestirme.
— ¿Sabes donde queda la parada de autobuses? ¿Pasan taxis por aquí?
— ¿Dónde vas?
— A comprar ropa por supuesto, ya te lo dije, no tengo nada.
— Puedo recomendarte una tienda, venden ropa de E-Girl que te encantará.
Sonriendo con malicia.
— No entiendo tu amabilidad — colocándome las zapatillas— Encontraré algo que me guste.
— ¿Sabes cuales son las reglas de vestimenta?
— Viste ligero, viste de cuero.
Recogiendo mi bolso del piso.
— ¿Quieres un aventón?
— No gracias, puedo ir sola. Tú deberías encargarte de ese problemita — aplastando su pene levemente con mi zapato— Que pervertido... — sonriendo con malicia— Solo me estabas tatuando y te pusiste así de duro ¿Te sucede con todas?
Dedicándole una ultima sonrisa de suficiencia, salí de su cuarto, recorrí el pasillo y bajé las escaleras, siendo el centro de las miradas de esos sujetos.
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La tentación del diablo #1
RomanceEl mundo se resume en dominantes y quienes son dominados, siempre fue así. Jessa Millet siempre creyó que podría controlar los hilos a su antojo en todo momento, y así fue, hasta que olvidó mirar la hora y salió tarde del estudio de baile. Esa noch...