Ese mismo día, luego de las compras, regresé a casa y guardé la comida en sus respectivas gavetas con ayuda de los chicos, luego me encerré en mi cuarto para practicar, colocando la música lo bastante fuerte para no poder pensar en nada más y enfocarme en lo mío, ahora que no podía practicar fuera de la academia con Tyler, se me era más difícil imaginar los movimientos o imitarlos, por lo que la concentración era primordial.
Pero mi concentración se fue a la mierda cuando el volumen de la música abajo superó el volumen de la mía, y sin poder hacer nada para evitarlo, decidí darme un respiro hasta que se vayan al lugar donde será el siguiente pacto de la calavera, con la casa sola, podré hacer maravillas, podría ensayar en el primer piso de hecho, hoy le toca a Catherine y Taylor la limpieza, así los dueños de casa no seríamos los que siempre recogen el desastre, lo cual es muy oportuno.
Hoy me decidí por un top rojo con unas calaveras que parecían sostener mis tetas, unos shorts más cortos de lo normal, negros, zapatillas del mismo color, un collar pegado al cuello con una enorme argolla en el medio, unas cadenas para mi short, unas ligas de cuero que se sujetan en mi cadera y muslos, ya estaba lista para bajar.
Tomé mi cangurera, las llaves del cuarto cerrando al salir y bajé las escaleras yendo directo a mi grupo, tomando una cerveza en el camino, me di cuenta de que, si aumento mis horas de entrenamiento, puedo darme ciertos gustos, no he subido ni un solo gramo, así que puedo relajarme un poco respecto al tema de mi peso.
— ¡Bajaste! Creímos no tener el honor de tu presencia hoy.
Tomé asiento entre Ramona y Carson, sonriendo ante el comentario de Connor.
— Siempre tengo tiempo para mis amigos — bebiendo de mi cerveza— necesito un respiro también, los pies me están matando.
— Yo no sé cómo lo haces, he visto videos y es... ¡terrible!
Estuvimos un buen rato hablando sobre eso, la verdad es que sí era terrible, sobre todo cuando comenzamos, todo te duele, te haces heridas con mayor frecuencia, el cansancio te gana, pero luego te vas acostumbrando, así fue como les expliqué a los chicos, luego nos pusimos a jugar un poco de beer pong, un poco de la botella, besándonos chicos y chicas sin distinción de genero ¿Qué era un beso para reforzar la amistad? Y sin darme cuenta, la hora pasó más rápido de lo que yo hubiese querido, los chicos se despidieron y se fueron, la casa quedó limpia y ordenada, tal y como estaba antes de que todos vinieran aquí, y como ya estaba sola, subí a mi cuarto, me puse unas zapatillas nuevas, mi tutu, unas mallas, y sujeté mi cabello en un alto tomate, entonces bajé, colocando la música necesaria por el parlante principal que alimentaba y distribuía a los muchos otros parlantes que estaban repartidos por la casa, un sonido envolvente.
Me fascina esto, he podido practicar a gusto casi por noches completas con este nivel de sonido.
— ¿Qué mierda es esta música? Dijiste que no había nadie.
Estaba en plena cuarta posición cuando la puerta fue abierta, Luca se estaba besuqueando con una rubia de largas piernas y pechos que no parecían de este mundo, demasiado grandes para ser verdad.
— Tú sigue en lo tuyo, no te molestaremos —Dijo Luca recayendo en mi presencia— Creí que no habría nadie.
Sin soltar a tetas rubias.
— Yo también lo creí. Sube ya animal.
Viéndolo bastante lastimado, casi olvido que viene de una pelea.
— Lindo tutú niñita.
Mofándose de mí sin ánimos de ser grosero, llevó a la rubia al segundo piso, advirtiéndole que si decía un solo comentario sobre mi vestuario se las vería con él.
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La tentación del diablo #1
RomantikEl mundo se resume en dominantes y quienes son dominados, siempre fue así. Jessa Millet siempre creyó que podría controlar los hilos a su antojo en todo momento, y así fue, hasta que olvidó mirar la hora y salió tarde del estudio de baile. Esa noch...