La tentación del diablo #1

Capítulo 26

Perdí la noción del tiempo dentro del cuarto, para cuando levanté la cabeza, estaba sumida en las tinieblas, el exterior estaba absolutamente oscuro, era capaz de ver gracias al único faro cercano que iluminaba la ventana.

— Jess... — suspiró— ¿Ya podemos hablar?

Ok. Estoy consciente de que esta es la cuarta vez que lo ignoraba en lo que lleva la tarde... noche, no tenía ganas de hablar con él aún.

Me sentía traicionada.

— Jessa, si no me contestas, te juro que arrancaré la puerta, tú no estás bien y me da miedo que te hayas lastimado.

Abracé mis piernas con más fuerza, apoyando mi frente en las rodillas, aún cubierta por la manta. Todo sería perfecto si no tuviese tanta hambre.

— Jessa, estoy hablando en serio, tienes hasta que cuente tres... uno... dos... tres... mierda... algo le algo le pasó.

Sonaba preocupado.

— ¿Qué esperas? Bota la maldita puerta joder.

¿Esa es la voz de Oren?

Antes de poder procesar lo que estaba pasando, la puerta se hizo mil pedazos, Sam, Jason, Caleb, Oren y Luca estaban en el pasillo, entrando al cuarto con rapidez, Luca me tomó del brazo, levantándome de la cama, observándome por todas partes, buscando algún indicio de lesión.

— ¿por qué joder no respondías? ¿Sabes lo preocupado que estaba? Jess... sé que quizá quieras estar sola luego de escuchar la mierda que salió de mi boca, lo admito, fue una estupidez, pero al menos ten la decencia de decir que estás bien, no volveré a poner una puerta a tu cuarto hasta que sepa que realmente estás bien y no te vas a lastimar, o peor aún, suicidarte — sus ojos estaban brillantes mientras me sostenía de los brazos para que lo mirara— Tengo miedo por ti, y tú sigues haciendo que me preocupe más y más ¿Cómo joder crees que podría irme sin saber que estás bien?

— ¿Por qué sigues diciendo que te vas a ir? No quiero que te vayas joder.

— ¿Y por qué no me respondías? — soltándome. Estaba tan cansada que solo me dejé caer en la cama, tomando asiento— ¿Por qué no me enfrentaste cómo sueles hacer?

— Porque no tengo ganas.

Mirando en otra dirección.

— Hermano, nosotros nos vamos...

Oren palmeó su hombro observándome con lastima.

— Traeré el taladro para sacar la puerta ¿Estás bien con eso?

Le preguntó Connor al chico contrariado frente a mí.

— Sí, quítala por favor... y gracias. Sería de mucha ayuda si quitaras la mía también, no quiero que se encierre, no si puede lastimarse.

Apreté los labios.

Debo ser sincera y admitir que la idea de autolesionarme se me ha cruzado por la cabeza, él tiene razón.

Yo no estoy bien.

— No te preocupes por nada, nosotros nos encargamos.

Sam encendió la luz del cuarto antes de marcharse, la expresión de horror de Luca me hizo palidecer ¿Qué pasó ahora?

— ¿Qué te hiciste? — sosteniendo mi rostro con delicadeza— Jessa ¿Qué hiciste?

— ¿Qué hice? ¿Qué cosa?

Apartando sus manos de mi rostro, no me sentía cómoda con el contacto físico.

— Te rasguñaste el rostro — tomó mi mano, mostrándome los rastros de sangre bajo mis uñas— ¿En qué demonios estás pensando?