Capítulo 35

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El día transcurrió con normalidad luego de la sorpresiva aparición de Luca, llegamos a casa, preparamos la cena y vimos una película hasta más o menos las diez de la noche, luego le di un baño a Lucía, la pobre estaba agotada, le leí su cuento favorito y cayó completamente rendida.

Ahora que tenía tiempo para mí, fui directo al baño, me duché, tomé unas bragas y una camiseta grande para dormir, estaba dispuesta a ir directamente a la cama, pero el jaleo de la primera planta llamó mi atención, y como uno es madre, claro que se preocupa si algún idiota entró a tu casa.

Fui a mi cuarto, tomando el bate que solía tener para sentirme más tranquila cuando apenas comencé a vivir aquí, bajando las escaleras rápidamente.

— ¿Qué mierda está pasando?

Cargando el bate en mi hombro.

— No es nada preciosa, ve a dormir, nosotros nos encargamos.

Connor y Oren intentaban sacar a Luca de la casa, estaba notoriamente ebrio.

Maldita sea.

— ¿Qué haces en nuestra casa?

Caminando hacia la puerta.

— Tengo que hablar contigo Jessa. Supe que estabas aquí y yo... yo necesito hablar contigo.

Los chicos lo soltaron, dejándolo caer al piso, estaba tan ebrio que no era capaz de mantenerse en pie.

— Tengo una familia ahora, no te necesito — acuclillándome frente a él, utilizando el bate como soporte— Y no quiero que vuelvas a hablar con mi hija, aunque se te acerque.

— Ella dijo que no éramos desconocidos ¿Qué quiso decir?

Mi estómago dio un vuelvo, Lucía... ella casi le dice todo.

— Sabe que vivimos todos juntos cuando yo era más joven, es una chica inteligente, sabe que fuimos pareja, por eso debió decir que no eran desconocidos, pero no tienes nada que ver con nosotras, así que aléjate, tú lo decidiste así, mantén tu palabra.

Poniéndome de pie, estaba dispuesta a subir al cuarto y dejar que los chicos se encargaran, pero Luca gateó por el piso, abrazando mis piernas.

— Jessa por favor, perdóname, yo sólo tenía miedo, temía que ese bebé nos arruinara la vida, temía que lo quisieras más que a mí y me dejaras, muchas cosas pueden salir mal cuando tienes un bebé, lo he visto.

— Pues fíjate que para Connor y para mí, gracias a la ayuda de Oren también, no se nos hizo nada de difícil, todos conseguimos lo que queríamos lograr, y eso que viví bastante tiempo en Rusia, Connor no me pidió abortar cuando supo que estaba embarazada, es más, estaba muy contento, y no me humilló depositando dinero y desapareciendo después.

Empujándolo para que me soltara, pero simplemente no cedía.

— Sé que la jodí, no creas que no pienso en la familia que podríamos haber tenido, siempre pienso en eso, siempre me arrepiento de la mierda que te hice, pero para cuando intenté llamarte, tú número ya no existía.

— No. Si tú hubieses querido contactarme, habrías intentado de todo, hasta Tom sabía dónde vivía, Tom sabe de mi hija, pero ¿Te digo cuál es tu problema? Tu egocentrismo, tu puto ego herido no quiso buscarme, no quiso saber nada de mí ¿Y ahora esperas que te deje regresar, así como si nada?

Él estaba llorando.

Casi me ablandé al verlo tan vulnerable, pero él no tuvo piedad de mí hace cinco años, yo no la tendría con él.

La tentación del diablo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora