Capítulo 17

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Para la hora de almuerzo sí que pude salir de la tienda, pero un tanto dolorida y cojeando, lo que llamó la atención de las personas a mi alrededor, Connor fue el primero en acercarse para saber si todo estaba bien, pero como Oren y yo nos partíamos de la risa viendo las muecas que Lucas no dejaba de hacer, desistió a su idea de venir y asumió que todo estaba bien.

Estaba más que segura de que vendría más tarde para asegurarse, él siempre era muy amable conmigo.

— ¡Jess! Salió tu nombre en el sorteo ¿Estás en condiciones o sacamos otro nombre?

Preguntó Carson, notoriamente preocupada por mi cojear.

— ¡Puedo hacerlo! Iré enseguida —Avisé, viendo a Luca después— No mates a nadie en mi ausencia ¿Está bien?

— No aseguro nada.

Rodando los ojos.

Cruzándose de brazos.

— ¿Me das un beso?

Observándolo coqueta.

— Nos están viendo, no puedo.

Tajante.

¿Qué ya se le acabó el amor?

Oren parecía sorprendido por el abrupto cambio de humor.

— ¿No me lo vas a dar?

Observándolo con rostro de "Hablas en serio".

— Nos están viendo Jess.

Al menos me decía Jess.

Pero no daría mi brazo a torcer.

— No me lo vas a dar — asintiendo de brazos cruzados— Después no me pidas cosas, te haré lo mismo que me estás haciendo ahora.

Hice el ademán de dar media vuelta, pero Luca, que era un complaciente bruto, me sujetó por la chaqueta, plantando sus labios sobre los míos, delante de todo el mundo.

Debo admitir que eso me sorprendió, no esperaba que lo hiciera.

— ¿Contenta?

Soltándome lentamente, sin dejar de observarme.

— La verdad es que sí ¿Me das otro sin tanta brutalidad de por medio? Como que me faltó un poco de Luca para comenzar el día.

— Son casi las dos de la tarde.

Sonriendo de todas maneras.

— Pero para mí está recién comenzando, ya que alguien me rompió el culo anoc...

No me dejó continuar, fue por mis labios de nuevo, pero esta vez, me besó lenta y pausadamente, tomándose el tiempo para acariciar mi lengua con la suya, sosteniendo mi cintura, acariciándola cada tanto... como si solo existiéramos él y yo, como si todo el mundo hubiese desaparecido.

— ¿Así si te gusta?

Alejándose de mí jadeante, apoyando su frente en la mía.

— Así sí — sonriente— Ahora puedo comenzar.

Me soltó, dejando que caminara hacia el grupo de personas alrededor de las enormes ollas que servirían para cocinar para toda la pandilla.

Nunca he cocinado para tantas personas, espero que salga bien.

— ¿Qué fue eso que vimos antes? ¿El Diablo y tú están saliendo?

Preguntó Carson sin dar crédito al beso que recibí, y los chicos a nuestro alrededor, sin querer perderse el chisme, se acercaron más, atentos a la conversación.

La tentación del diablo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora