SHIPPS DE UNA LOVEGOOD

Capitulo 2 (Dean y luna)

-EL MUÈRDAGO-

-Te estás volviendo muy bueno- Harry estaba sonriendo-Cuando volvamos de las vacaciones podemos empezar a trabajar en cosas serias ... tal vez incluso en el Patronus

Todos los chicos de ES comenzaron a moverse hacia la salida de la Sala de los Menesteres, charlando sobre que iban a hacer durante las vacaciones de Navidad.

Dean Thomas estaba más distraído que de costumbre. Había estado pensando en eso por un tiempo, pero su racionalidad seguía bloqueándolo. No podía dejar de pensar en lo que dirían sus amigos si supieran que Luna Lovegood era muy agradable. Seamus seguramente se habría echado a reír

-¿Lunatica Lovegood? - Él habría dicho-¡Sólo a alguien como tú le podría haber gustado Lunatica Lovegood!

Podía verlo a él, su mejor amigo, riéndose de él, mientras que Neville, por otro lado, se habría quedado en silencio, incluso si hubiera pensado las mismas palabras que habría dicho Seamus.
Dean miró a su alrededor, sus ojos negros curiosos por saber hacia dónde se dirigía la chica.

Antes de unirse a la ES, el chico la había vislumbrado un par de veces, considerrándola rara, rara como sus pendientes de rábano o como la revista que siempre leía.
Fue después de conocerla durante las reuniones de la ES que se dio cuenta de lo linda e inteligente que era, a pesar de las apariencias.

-Oye, Dean, ¿vamos a la Sala Común? - La voz de Neville lo distrajo de sus pensamientos.

-No ... estoy ocupado, Neville-Dean se apartó rápidamente, tratando de no perder de vista a Luna. No se dirigía a su sala común, como no lo hacía cada vez que terminaba una reunión de ES. Saludó a sus compañeros de Ravenclaw con su alegría habitual y luego se dirigió a algún lugar del castillo.

Esa vez, el chico no la soltó, al contrario, decidió seguirla a distancia.
No podía negar que era rara, pero aunque no podía explicarlo, tenía que admitir que le gustaba ese lado de ella. Y mucho también.

La niña siguió dando saltos por el castillo, mirando hacia arriba, por encima de cada puerta que cruzaba, hasta que, en cierto punto, después de haber cruzado otra, se detuvo y miró a su alrededor, casi asustada; Dean, por su parte, se escondió, esperando que ella no lo hubiera visto. Parecía que no, porque la niña comenzó a mirar algo en la parte superior de esa puerta, algo que el niño no podía ver.

Luna trató de alcanzar ese algo que, desafortunadamente para ella, era demasiado alto. Luego, dio unos pasos hacia atrás antes de acercarse nuevamente.

¿Qué demonios esta haciendo?

Parecía incluso más extraño de lo habitual, seguía saltando de un lado a otro, mirando algo sobre la puerta; luego, comenzó a agitar su varita, sin éxito.
Dean no entendió lo que estaba diciendo Luna. Aunque su escondite no estaba tan lejos de donde estaba la chica, no podía oírla. Murmuraba algo, probablemente un hechizo, pero no pasó nada.
Dean respiró hondo antes de acercarse a ella.

-¿Qué estás haciendo? - Preguntó, curioso.Luna lo miró misteriosamente.

-No le digas a nadie ...- Susurró.

-Está bien, pero ¿qué estás haciendo? -Dean repitió.La niña lo miró, antes de decirle alarmada

-¡Fuera! ¿Quieres que te lastimen? -Indicaba lo que había encima de esa puerta.
Dean miró hacia arriba. Había un gran racimo de bayas blancas.

-¿Muérdago? - Susurro.Luna tomó su mano y lo empujó lejos de la puerta.

-¿No sabes lo que podría pasar si te quedas demasiado tiempo bajo el muérdago? - Ella estaba un poco preocupada.

-No- Dean admitió. Lo único que sabía sobre el muérdago era que si estaba allí con una chica, debería que besarla.

Está infestado de Nargles. Dijo, con su habitual, adorable y aguda voz.

-¿Nargles? -Dijo confundido nunca los habia escuchado

-Sí, se esconden en el muérdago, y cuando hay una persona debajo de ellos, se caen de cabeza y se arrancan el cabello-Dean la miró fijamente.

-Nunca había oído hablar de Nargles antes- Le dijo, esperando que ella no lo aceptara.

-¿No has leído el último número del Quisquilloso?

-No- Admitió de nuevo.Cogió su bolso y rebuscó en el interior, hasta que encontró una revista, que puso en la mano de Dean.

-Página cuarenta y dos, " Los peligros del muérdago" -Dijo simplemente.
Hubo un momento de silencio. Dean estaba mirando la revista, en cuya portada había titulares de artículos absurdos. Pero no dijo nada, except ...

-Sin embargo, no me dijiste lo que estabas haciendo antes

-Yo estaba ...- Luna bajó la voz-Estaba haciendo un hechizo de apelación, quería alejar los nargles del muérdago

Dean sonrió, comenzando a caminar con ella. No sabía qué decir, temía que sus amigos lo vieran así, pero también quería hablar con ella.

-¿No te importa que la gente te considera rara? - Le preguntó él, como de repente.
Ella se encogió de hombros.

-Pueden decir lo que quieran, no me importa mucho

-¿No? -Quizás Luna, a pesar de ser muy tonta, era más inteligente que todos juntos.

-No...

Pasaron por debajo de otra puerta, pero parecía que Luna no se había dado cuenta, Dean miró hacia arriba, dándose cuenta de que encima de ellos había otra ramita de muérdago.

-Espera ... quédate quieto- Dijo, bloqueándola.

-¿Porque? -Dean Dijo la ramita encima de ellos.

-No querrás que los Nargle le arranquen el cabello a alguien ...- Dean le sonrió.
La niña le devolvió la sonrisa antes de tomar la mano del niño y alejarse del muérdago. Ella estaba de pie contra una pared, frente a él.

-Estamos a salvo, ¿lo ha visto, Dean Thomas? No nos arrancarán el cabello- Él rió entre dientes.
Dean la miró y luego se rió con ella.

-Sí, tienes razón Luna Lovegood

Dean no supo cuánto tiempo estuvo allí, viendo a los niños y niñas caminar bajo el muérdago, algunos deteniéndose para besarse, otros para reír. Solo sabía que lo estaba pasando bien, junto con Luna Lovegood.Luego, la miró de nuevo.

-Sabes ... no creo que haya Nargles dentro de esa ramita de muérdago

-¿Tu corta en dados? ¿Porque? -Lo metió debajo de la ramita y ambos lo miraron.

-Bueno ... muchas parejas han pasado bajo esta rama ... y ningún niño ha perdido el cabello- Él rió entre dientes.

-Bueno ... tienes razón-Ella hizo lo mismo.Entonces, Dean la miró de nuevo. Estaba aún más bonita cuando se reía.

-¿Sabes ... qué se debe hacer debajo del muérdago? -Luna lo miró, pero no respond. Sonrió, como siempre.

Dean se acercó a ella, colocando sus labios sobre los de ella. No sabía cómo reaccionaría Luna, pero no le importaba. Al darse cuenta de que ella no lo apartó, profundizó el beso, apretándola.
Incluso si Seamus pasaba y se reía de él, no le importaba.
En un momento, Luna lo alejó; no estaba nerviosa, por suerte para el chico. Se rió.

-Imagínese si los Nargle hubieran venido y le hubiera arrancado el pelo

-Bueno ... tienes que correr el riesgo, ¿verdad? -Dean sonrió antes de besarla de nuevo. Este era su momento, y no les importaba lo que dijeran Seamus o Neville.
Le gustaba Luna Lovegood, y no le importaba admitirlo en absoluto.