todos los shipps de luna lovegood (que conozco) .PERDIDOS CERRADOS.
(las historias aquí algunas son mías Derechos reservados)
No copias, No adaptaciones.
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.Lo que pasa con decirle a Snape que Loony Lovegood sabía de sus reuniones era que tendría que decirle que había hablado con ella. Fuera de clase. Por su propia voluntad. Ella era parte de la multitud de Potter, y eso no pasaría bien. No con Snape, quien sin duda le diría a su madre, quien le diría a su padre, quien... bueno, simplemente no iba a suceder. Draco iba a tener que confrontar a Lovegood para asegurarse de que ella no dijera ni una palabra sobre sus reuniones con Snape.
De todos modos, ese había sido el plan. Antes de que la hubiera visto en la biblioteca hojeando los estantes y tarareando una melodía que no lograba ubicar.
-Mi mamá y mi papá solían cantarme. De hecho, todavía lo hace, aunque no estoy seguro de que se dé cuenta-¿Cómo es que había conseguido asustarlo de nuevo? ¿No era él el que se acercaba sigilosamente detrás de ella?
-Eres muy ruidoso cuando intentas estar callado, Malfoy- Allí fue de nuevo. Dos veces.
Parecía haber encontrado el libro que estaba buscando cuando lo sacó del estante y finalmente volvió su atención hacia él; Draco seguía pasando los dedos por el lomo de los libros, apenas medio interesado.
-No quiero ser descortés, Draco-<< como podría serlo con esa voz >>- pero tengo que estudiar. Necesito hacerlo, si hay algo que quieras decirme,dilo. debo pedirte que por favor. manos a la obra.a estudiar
Luna estaba más lejos de ser desafiante que una persona podría ser que las palabras que salían de su boca eran casi risibles, pero Draco no se rió. Estaba demasiado ocupado concentrándose en recordar la razón por la que la estaba buscándola en primer lugar. Un profundo suspiro escapó de sus labios mientras tomaba un libro al azar con la intención de usarlo como una excusa, aunque en lugar de simplemente alejarse, se sentó allí mismo en el suelo; las piernas extendidas y la espalda contra la estantería, el libro abierto en su regazo en una página al azar. Era como si sus piernas tuvieran una mente propia y no le permitieran ser él quien se alejara. Luna asintió y, para su sorpresa, se sentó en el medio del pasillo junto a él. Se encontró preguntándose si ella hacía esto a menudo. Se sentó en el suelo entre estanterías en lugar de en una mesa con sus amigas.
Entonces empezó a tararear de nuevo. Draco no sabía si ella sabía que lo estaba haciendo, pero cuando volvió su atención al libro que había sacado del estante, fingiendo leerlo mientras pasaba una página cada pocos minutos, descubrió que realmente no lo hacía. mente. Su voz era hermosa, junto con la canción que hacían las notas. Además, lo prefería a cualquier otro ruido posible.
De repente, dejó de tararear después de diez vueltas de página. Su voz mientras hablaba era más tranquila de lo normal, como si le estuviera contando un secreto.
