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Entre la espada y La pared 1/3

advertencia : ninguna

§

— ¡Ey! ¡Lovegood!

Luna parpadeó un par de veces antes de voltear a la voz en su llamado.

Hoy ha sido un día muy particular, principalmente porque los gemelos Weasley estaban muy animados, más de lo regular.

— Hola, chicos.

La rubia sonrió al ver al pelirrojo saludarla alegremente, Fred se había vuelto su amigo más íntimo por así decirlo, era con él que más interacción tenía, aparte de Harry Potter, Podría considerar que incluso más que Ginny.

— Lu, he estado pensando en que podrías ayudarme con lo de pociones.

Había olvidado que se había ofrecido ayudar a Fred con su tarea, le era normal ofrecer ayuda a las demás casas, aunque si era inusual que ayude a los superiores, refiriéndose a Años.

— ¡Oh! Claro — Luna rebusco en su bolso un artefacto.

Era más parecido a una bellota con garabatos, dentro de ella se encontró un papel perfectamente doblado. Siempre daba obsequios a sus amigos, era más como un intercambio.

— Ten.

— Hoy te traje un nuevo experimento.

Fred le extendió una piedra, Luna lo observaba con detenimiento.

— Puedes pedir lo que quieras, pero por lo general sirve para revelar el secreto de la persona que le susurres.

— Suena peligrosa.

Luna parpadeó impresionada de lo mucho que habían mejorando George y Fred en este año, pasaron de gomas explosivas a cosas que podían salvarte el cuello, como ron para los exámenes.

— Lo es, pero estoy seguro que lo usarás para bien.

La sonrisa de Fred se entendió por todo su rostro, él más que a nadie podría asegurar que Luna era el ser más inocente de todos y más inteligentes que haya conocido en todo el mundo mágico.

— Claro.

Luna le devolvió la sonrisa.

— Bueno, nos vemos luego luna.

Fred beso su frente y paso por su lado. Luna caminaba de manera lenta y tranquila observando cada movimiento de los estudiantes a su alrededor, no podía imaginar que en manos equivocadas la piedra podría ser un peligro, incluso en manos de Harry.

— Tendré cuidado.

Luna parpadeó una vez más y siguió caminando a la sala de posiciones, después de todo faltaba ayudar a Fred.

— ¿Diggory?

— ¿Mhm?

Cédric frunció el ceño, definitivamente empezó el día con el pié izquierdo, gracias a su compañero de cuarto, Stephen.

— Llegaremos tarde al entrenamiento, idiota.

SHIPPS DE UNA LOVEGOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora