¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El entrenamiento duró tres largos y duros años. No vi a mi hermana ni a mi mamá en todo ese tiempo. Mantuve comunicación con Anna, me enteraba de todo lo que pasaba en casa y como iban las cosas.
Después de graduarme las vi por fin. Tenía mi uniforme puesto, los pantalones pegados blancos, las botas altas, la chaqueta color café claro, y el arnés.
—¡Rose! ¡Haz crecido tanto!— mi mamá sonrió abrazándome. —Nada mal, nada mal— escuché la voz juguetona de Anna.
Ella había crecido mucho también. Su pelo dorado llegaba hasta la mitad de su pecho, su cuerpo se había desarrollado de la manera correcta y su cara había cambiado. Yo también había cambiado, tenía una figura pequeña pero fuerte, mi pelo llegaba hasta la cintura y, al igual que Anna, mi cuerpo se había desarrollado.
—¿No te ibas a unir a la policía militar?— preguntó mi hermana, Camila. Guardé silencio por unos segundos. ¿Como le explicaría esto a mi mamá? Me enlisté a las misiones suicidas. En vez de tener la chaqueta con el unicornio, tenía la chaqueta con las alas de la libertad.
—¿Rose?— preguntó mi mamá. —Yo... me uní al cuerpo de exploración...— dije viendo hacia abajo. —P-pero...— Anna intentó decir. —Lo sé... Sé que significa eso— Asentí. Mi mamá tenía lágrimas en ojos y mi hermana parecía aterrada al igual que Anna.
—¿Por qué te uniste a ellos?— preguntó mi mamá con algunas lágrimas corriendo por sus mejillas. —No hay una razón en sí... solo siento que es donde debía de estar— confesé. —Lo siento— suspiré.
El poco tiempo que nos quedaba se trató de mi mamá abrazándome y llorando. Camila la intentaba consolar, y Anna solo me veía sorprendida.
—Nuestra promesa sigue... no nos vamos a separar, así que no te atrevas a morir— me dijo seriamente. Noté miedo en su voz, y podía entender el porqué de aquello.
—Prométeme que vas a estar bien— mi mamá dijo al ya calmarse. —Lo voy a estar, confía en mi— asentí con una pequeña sonrisa.
Salí de aquel pequeño bar después de despedirme y convencerlas de que todo estaría bien. Aunque a decir verdad, yo no sabía si iba a estar bien.
Me subí a mi caballo y junto con dos de mis supervisores regresé a aquel castillo que era la base del Cuerpo de Exploración.
En la cena me senté junto a un chico de cabellos negros, Era bastante serio y nada más abría la boca para meterse el bocado de comida. Creí nunca haber conocido a alguien tan serio como el, y no era que nada más fuera serio, sino que no mostraba ninguna emoción.
Al estar en mis pensamientos escuché mi nombre ser llamado y me volteé rápidamente, sin ver a nadie buscando mi atención. Escuché un gruñido que venía de mi lado y lo volteé a ver. Mi cabello rojo estaba en una coleta, y al parecer está le había pegado.
—Per-perdón!— me disculpe rápidamente. tomando está entre mis manos. Dejo salir un "tsk" y no dijo nada más al respecto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
