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Aquel día llegaba, el cumpleaños de Levi. Recuerdo que Hange llegó emocionada con el a desearle feliz cumpleaños. Levi no parecía emocionado en lo más mínimo, es más, parecía que ya quería que el día acabara.
—¿Odiará su cumpleaños?— me pregunté a mi misma. No le puse mucha atención, no era mi problema. Luego recordé aquel regalo. —¿Y si no le gusta?— me pregunté a mi misma.
Hice todo el que hacer por el castillo. Barrí la nieve del camino, le di de comer a los caballos y después estrené un poco.
—Feliz cumpleaños, Levi— felicite mientras entrenábamos juntos. Este como siempre, seguía serio. —Tsk... gracias...— el ultimo gracias tan solo fue un murmullo, pero de todas formas me sentí satisfecha, pensé que me ignoraría.
—Te ves bastante feliz— Petra dijo cuando entré al dormitorio. Me volteé con una sonrisa. —Levi me dijo "gracias" cuando lo felicité— dije emocionada. —¿Y luego?— preguntó Petra sacada de onda. —Que pensé que me ignoraría— expliqué.
Me fui a bañar, no me podía tardar mucho debido a la escasez de agua caliente debido al clima helado de invierno. Al salir me vestí con mi ropa normal, que consistía en una falta negra hasta un poco más abajo de las rodillas, una blusa blanca y un especié se corset café sobre esta.
Era casi hora de la cena, el momento donde le daría a Levi su regalo. Aún no sabía ni porqué le conseguí uno, pero el detalle estaba.
—Pocas veces te he visto con ropa normal— Petra dijo cuando entré al cuarto. —No me gusta usarla, no se me hace cómoda— admití. —¿Y el uniforme si?— preguntó Petra con una risita. —Prefiero el uniforme si soy sincera— dije mientras sacaba la cajita envuelta.
—Vamos a cenar pues— Petra invitó y yo asentí. —Llegamos juntas al comedor y nos sentamos con nuestros respectivos grupos de amigos. Yo estaba alado de Levi y Hange en frente de nosotros, y extrañamente, Erwin también estaba sentado con nosotros.
—¿Comandante?— pregunté confundida. Este solo sonrió y no dijo nada. Levi estaba en silencio como siempre mientras Hange le platicaba animadamente a Erwin sobre los titanes.
—Levi— llamé. El chico me volteó a ver con cara seria y aburrida. —Toma— extendí la caja. Levi miro la caja y la tomó sin decir nada. La desenvolvió y luego la abrió. Era una caja de madera clara, y una vez abierta, tenía todo tipo de plantas secas para hacer té.
Este me vió confundió. —Tienes cara de que te gusta el té, toma— dije extendiéndole una taza de agua caliente. Este la recibió y hecho unas cuantas hojillas al agua.
Esperó un poco y luego le dio un sorbo. Parecía sorprendió, y le dio otro. Se veía satisfecho con el sabor.
—Feliz cumpleaños—
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