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Llegamos a ese castillo que pensé que no volvería a pisar. Hange me mandó con Levi para hecharle un ojo al chamaco (Eren).
El chico era asustadizo y bien portado, hasta el momento. Hacia todo lo que le pedían y siempre saludaba firmemente.
—¡Buenos días Segunda en Mando Miles!— lo escuché mientras salía.
Eren estaba cepillando a los caballos y dándoles mantenimiento a sus sillas. El chico era bueno con ellos, y en general era alguien muy apasionado.
—Buenos días Eren— dije con una sonrisa.
Mire al piso donde estaba Eren. Estaba mojado y tenía varias cosas tiradas a su alrededor.
—Te recomiendo que limpies eso antes de que Levi lo vea— reí. —Es muy exigente con la limpieza—
Seguí mi camino para encontrarme a Petra arreglando el campo de entrenamiento, ya que los nuevos reclutas también se quedarían acá.
—¡Rose! ¿Me hachas una mano?— preguntó ella. Yo asentí y me subí un árbol con ayuda de mi equipo de maniobras especiales.
No nos tomó mucho tiempo, en poco tiempo ya lo teníamos listo, y veríamos las habilidades de Eren, por lo que Eld lo trajo junto al resto del escuadrón de Levi.
Eren se veía algo nervioso, entendía un poco su sentimiento, tendría la atención de todos y quería hacerlo bien.
—Lo harás bien, no te preocupes— animé dando pulgares arriba, y luego corrí al lado de Levi.
Eren comenzó y se movía con bastante agilidad. Levi lo veía atentamente con su misma cara sería de siempre, y yo lo observaba con asombro.
***
La limpieza del castillo continuó. Dado que Levi quería todo perfecto, era un trabajo arduo y largo. El último pisto estaba extremadamente polvoso, y como a Levi le encanta joderme, me mandó sola a ese piso.
—Te voy a matar enano del diablo— dije en voz baja.
—¿Que dijiste? No te escuché— La voz de Levi se escuchó detrás mío. Entré en pánico y me volteé con rapidez. —Tu no eres muy alta tampoco, Rose— dijo Levi acercándose a mi.
Pasé saliva y sin darme cuenta yo igual había retrocedió, quedando contra la pared. Mis ojos lo veían fijamente, y el miedo al chico se desvaneció, a una mirada juguetona, claramente no me haría nada, en realidad es más suave que un pan recién hecho.
Avancé hacia el y me paré en frente de él, mirando ligeramente para arriba, ya que él no me llevaba muchos centímetros, solo cinco.
Me acerqué peligrosamente a él, y jalé el pañuelo que siempre traía, para besarlo. Mi manos rodearon su cuello mientras nuestros labios danzaban de forma agresiva. Su lengua rompió en mi boca, y el beso era cada vez más subido de tono.
Sus manos estaban puestas en mis hombros, y sus labios empezaron a bajar por mi cuello. El uniforme estorbaba, y desabrochó el primer botón de la camisa blanca que traía puesta.
Sus manos bajaron por mi cuerpo, hasta llegar a zona peligrosa, pero fuimos interrumpidos.
—Cap- ¡Perdón!— la voz de Eren llamó en pánico. Empujé a Levi con fuerza mientras él entraba en pánico.
—Estábamos discutiendo algo de la siguiente expedición— mentí, lo cual era bastante obvio dada nuestra posición.
—S-si, obvio, claro— Eren asintió. —Bueno, sigo con lo mío...— dijo él marchándose con rapidez.
—¡Espera Eren!— llamé, y el chico volteó aterrado. —No se te ocurra abrir la boca— amenacé, y Eren asintió violentamente y yéndose.
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Un momento de silencio por los pobres ojos de Eren
